La bodega mendocina realizó una cata vertical en Buenos Aires, donde se pudieron degustar sus añadas 2004, 2006, 2008 y 2010 de su vino ícono.

Días atrás, en el barrio de Palermo, Bodega Renacer, comandada por el joven empresario chileno Patricio Reich, realizó un encuentro interesante, dado que propuso degustar cuatro añadas diferentes de su vino icono, Renacer Malbec, del cual cada vendimia se elaboran no más de 10.000 botellas.

Desde Vinos & Bodegas siempre aplaudimos este tipo de iniciativas, dado que las catas verticales funcionan como una ventana al pasado de una bodega. Y también, en un plano más general, es una experiencia que permite palpar un pequeño trazo de la historia vitivinícola argentina.

En las catas verticales hay que considerar numerosas variables, tales como el impacto de la evolución del tiempo en un vino en particular, la influencia del clima y del trabajo en el viñedo en cada añada, así como también cómo fue cambiando el concepto y el trabajo de los enólogos en la bodega con el paso de los años.

Bajo estos preceptos, Renacer organizó una vertical para periodistas y sommeliers, en la cual presentó las añadas 2004, 2006, 2008 y 2010 de su icono, un Malbec elaborado a partir de viñedos del Valle de Uco y de Luján de Cuyo que, vendimia tras vendimia, incorpora una cuota de Cabernet Franc que promedia el 2%.

Según explicó Reich, "este pequeño aporte lo utilizamos por la nota vegetal, que le otorga un frescor interesante. Parece que no, pero ese 2% hace la diferencia".

Antes de avanzar sobre la vertical, Reich explicó que hubo dos grandes cambios a la hora de abordar la elaboración de esta nave insignia de la bodega, que se consigue en el mercado a un precio sugerido de $350.

Por un lado, hubo cambios en el equipo enológico: hasta 2008, los responsables de alumbrar esta etiqueta fueron Héctor Durigutti, en su función de winemaker y Alberto Antonini, como asesor.

A partir de 2010, la asesoría la mantuvo Antonini, en tanto que Pablo Profili se convirtió en el enólogo estable de Renacer.

El otro gran cambio está en el uso de la madera: hasta la añada 2006 la fermentación se realizaba en tanques de acero, mientras que la maloláctica se hacía en roble francés de primer uso, donde el vino permanecía 24 meses.

Ya desde 2008, los enólogos comenzaron a realizar una maceración preferementativa directamente en barricas. En 2010, en tanto, le dieron otra vuelta de tuerca bajando un escalón el nivel de tostado, para lograr una menor transferencia de compuestos polifenólicos, si bien Reich destacó que, desde el inicio, "la madera siempre fue utilizada como un complemento y no como un descriptor".

La vertical se inició con Renacer Malbec 2004, un ejemplar de aromática intensa, con frutos rojos y negros, como frambuesas y ciruelas secas. La paleta se completa con un especiado leve y notas propias de la madera, como tabaco y moca, sumado a un levísimo toque de cuero. Es un ejemplar que en boca avanza con paso suelto, de la mano de una buena acidez que le da una cuota de frescura. Los taninos están tan vivos que todavía no encontraron su punto de equilibrio. Es un vino que, si bien está listo para beber, sigue evolucionando y en un par de años más podrá seguir generando sorpresas.

Luego, fue el turno de Renacer Malbec 2006, un vino con una nariz bastante estridente, dominada por notas de frutas rojas, como cerezas al marraschino. El aporte de la madera suma la esperada paleta de notas como chocolate y caramelo. En boca exhibe un andar bastante jugoso, con un medio de boca un poco más flaco, donde se potencia la fruta roja. Si bien tiene estructura, su bajo nivel de acidez lo vuelve menos chispeante y le quita algo de nervio.

Posteriormente, la copa le cedió lugar a Renacer Malbec 2008, un ejemplar equilibrado, con una aromática perfumada que recuerda a mermelada de ciruelas y cassis. Desde el fondo se cuela una tenue y fugaz nota floral. La madera, en tanto, aporta notas de moca y paleta de tostados y refuerza su complejidad. Al paladar se muestra envolvente, con buena cremosidad. La fruta y el ahumado se apropian del paladar, dominando el epílogo en un largo final. Equilibrado y de espíritu world friendly.

Por último, fue el turno de Renacer Malbec 2010, caracterizado por una nariz con buen aporte de frutas, especias, café torrado y algo de vainilla, estos últimos dos descriptores, propios de su paso por madera, que todavía está presente, si bien se le quiere bajar un poco el perfil en bodega. En boca ataca con nervio, al tiempo que premia con una acidez que aporta vivacidad. Los taninos dulzones le confieren buena musculatura a un vino tipo full bodied que tiene un buen presente pero al que se le augura un mejor futuro.

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Fuente: Juan Diego Wasilevsky - iProfesional.