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EL VINO REÚNE A LA POESÍA, EL TORBELLINO, Y LA URRACA

El vino reúne a la poesía, el torbellino, y la urraca
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13/04/2012
Acá les presentamos a unos deliciosos personajes, y sus bodegas, surgidos de un nuevo merodeo enogastronómico por la provincia de Mendoza.

Un amor compartido

En estas semanas se me presentó la oportunidad de charlar, en circunstancias totalmente distintas, con tres personas vinculadas al mundo del vino, con experiencias de vida completamente diferentes, pero con un mismo amor por este noble producto. Uno es Héctor Durigutti, con pie en dos bodegas: Durigutti y Lamadrid; John Langley, propietario de la bodega Urraca; y por fin Patrice Lévêque, uno de los dueños de la bodega Poesía.

Poesía

Esta bodega regenteada por los franceses Patrice Lévêque y Hélène Garcin, hizo una movida privadísima en forma de cata vertical de sus mejores vinos. El encuentro fue el establecimiento Lares de Coria, en las Chacras de Coria en Mendoza. Allí nos reunimos Edy Day, dueño de Lares; el propio Patrice, venido de Francia para la cosecha; Brian Cheeseborough, el enólogo norteamericano que los asesora; Gabriel Pelicot, un francés amigo de la familia Garcin, con intereses en Bariloche; Juan Pablo Rinaldi, periodista local, y Rodrigo Quiroga, que se ocupó de la coordinación, con una preocupación un poco sobreactuada, pero eficiente al fin, que es lo que cuenta.

Patrice es un francés curioso por su afabilidad -no quiero decir que todos los franceses sean antipáticos, pero en general no les desagrada serlo- que tuvo el tino de encargarle al joven Ignacio González, chef de Lares, que hiciera desfilar unas mollejas grilladas con verduras ídem, al que le siguió un delicioso pastel de papas mendocinas. Un menú muy local por suerte, una tendencia que pareciera que va ganando las cocinas vinculadas al enoturismo.

La experiencia fue sumamente interesante por la calidad de los vinos y los invitados. Como Patrice y Hélène tienen 4 bodegas de Burdeos, fuimos preparando el paladar probando un Château Haut Bergey 2009, un blanco de corte de 80% Sauvignon Blanc y un 20% Semillón (cepa que también está revalorizando Mendoza) y un tinto Clos L'Eglise 2001, con un 80% de Merlot. Realmente, una introducción fantástica para aproximarnos a los tintos locales.

Esos tintos locales comenzaron por un Pasodoble 2009 un corte de 3 cepas que se está en la gama media de la bodega. Luego probamos un Clos des Andes 2006, varietal 100% Malbec, vino top de esta bodega, que responde muy bien al añejamiento, y que me gustaría volver a probar en un par de años. Luego vino una cata vertical de los Poesía, comenzando por un cosecha 2002 y terminando en el 2009.

Los Poesía 2002, 2003 y 2004 responden al viejo estilo de la bodega, que cambió a partir del 2005. Estas primeras añadas me llamaron la atención por la vivacidad de su color y un sostenido aroma floral. De éstos, el que conquistó mi paladar fue el 2004.

La segunda serie que fue del 2005 al 2009, hubo opinión generalizada que las palmas se las llevaban el 2006 y el 2008. A mí resultó muy interesante asistir al debate entre los presentes, y constatar que el más crítico con algunos de los vinos resultó ser el propio Patrice Lévêque, actitud inhallable en los bodegueros argentinos. ¿Quien puede dudar que la autocrítica es uno de los pilares del mejoramiento de la calidad de cualquier producto?.


Héctor Torbellino Durigutti

Tuvimos una charla muy serena en la bodega Lamadrid, que tiene en sociedad con el cubano-americano Guillermo García Lamadrid, quien todo lo que le pidió a Héctor fue "armar un producto que funcione en el mundo". Nada más y nada menos.

Héctor, de 41 años, fanático hincha de Ríver Plate, comparte otra bodega con su hermano Pablo y que lleva el apellido familiar. Nació en Rivadavia, provincia de Mendoza, esto quiere decir que no era zona viñatera, sino zona de chacras productoras de frutas y verduras. Pero su amor por el vino lo orienta a estudiar agronomía, lo que lo obligaba a tomar 3 colectivos para ir y venir de la facultad. Sería su hermano quien lo convence de orientarse finalmente hacia la enología, para graduarse finalmente a sus 38 años.

Se casa a los 26 años y a los 28 años lo selecciona Alberto Antonini, uno de los winemakers más importantes del mundo, para que se desempeñe en su bodega Altos Las Hormigas. Con Antonini se conocieron en el '99 y trabajan junto con otro grande, Atilio Pagli. Héctor le reconoce al Alberto haberlo introducido en el conocimiento de lo que es "el negocio" del vino, y terminaría por considerarlo uno de sus buenos amigos.

Siendo una persona que no para de elucubrar nuevos proyectos, que lo llevan hasta a soñar con una bodega en Florencia, Héctor es una persona muy carismática, de hablar pausado, en un medio tono, dando la sensación de que tiene todo el tiempo que uno precise con él. Pero uno sospecha que, bajo ese ritmo de vida frenético que se ha propuesto, hay "algo" que permanece oculto. Ese algo es el dolor por la muerte muy temprana de un hijo.

Tras esa pérdida, presente en su mirada, siente que la vida ha intentado compensarlos porque al poco tiempo tuvieron mellizos. Su mujer trata de cerrar esta herida de alguna forma, a través de una fundación que conduce y que se ocupa de reunir a padres que perdieron un hijo.


Pero el tono calmo esconde al torbellino. Acaba de despedir a 15 empresarios mexicanos y ya está programando un viaje a Perú, que considera su segundo mercado internacional. Atiende un teléfono y reprograma su hora de clase de inglés. Se lamenta que tuvo que contratar a un ingeniero agrónomo, porque las 102 hectáreas de viñedos de Lamadrid necesitan una atención que no puede darle. En Durigutti está tranquilo, porque Pablo controla las 32 hectáreas familiares y la operación que las acompaña. Él se reservó la comercialización del millón trescientas mil botellas que entre ambas bodegas producen entre ambas bodegas.

No olvida que en sus comienzos llegó a dormir en el auto, porque no le daba el tiempo para ir y venir de Rivadavia. Pero su primer premio llega en el año 2004, cuando la revista Wine Spectator publica una nota en la que distinguía a Renacer como una de las 10 mejores bodegas boutique. El reconocimiento fue para él.

Como mendocino se siente agradecido a los winemakers que vinieron a trabajar e invertir en la Argentina: "fue la mejor prensa que tuvimos gratis" dice convencido. Frunce el ceño cuando se le habla de Jay Miller, el discutido degustador por cuenta de Robert Parker Jr : "fui con mi vinos a degustarlos con él a Baltimore, donde vive. La cata la hizo mientras devoraba hamburguesas repletas de condimentos."

Un torbellino, sin duda, pero de cabeza fría, calculadora y una envidiable capacidad para imaginar negocios y llevarlos adelante. Que se le sigan dando.

Urraca

En realidad, la urraca que da nombre a la bodega es la esposa de John Langley, el californiano que resuelve invertir en el país, luego de una breve gira probando vinos en Chile y en Mendoza. Se enamoró de los vinos de Mendoza, y más aún, un día probó uno hecho por Walter Bressia y dijo: "¡este el vino que quiero! Encuentren al que lo hizo".

Encontrar a Walter en Mendoza no es nada difícil, así que se reunieron rápidamente y tuvieron una primera charla de 7 horas, como para ponerse en tema. En un segundo encuentro acordaron que colaboraría para hacer los vinos de Urraca. Conmueve su admiración por Bressia, aunque reconoce que es un hombre difícil "como todo artista".

Volviendo a la esposa de John, en Norteamérica la urraca es un pájaro hablador, y parece que Mrs.Langley es una señora dada a la charla. Pero también fue la que lo introdujo a él, en los años '80 en el amor de los grandes caldos. Ella era bebedora aficionada a los vinos blancos de la Borgoña, y llevó a su marido a familiarizarse con nombres como Côte de Beaune, Côte de Nuits, Mersault o Puligny.

Langley se expresa en correcto español por haber hecho su servicio militar en Panamá. Graduado en Literatura, siguió perfeccionándolo en México. Guionista renombrado, ha ganado innumerables premios por su participación en la serie televisiva Cops. Pero se apura a aclarar que la inversión en la bodega no es un hobbie, sino que es una tarea en la que se ha embarcado toda la familia, incluidos sus cuatro hijos, dos varones y dos mujeres, que comparten con sus padres el amor por el vino.


Tan familiar es el asunto, que prueban los vinos juntos antes de embotellarlos. Para esto, a veces viaja toda la familia a Mendoza, o sino, viajan todos los vinos a California. Lo que tiene claro es que no le gustan los vinos californianos, salvo excepciones, como tampoco los australianos, y si los grandes caldos franceses, italianos, españoles, y ahora argentinos. Se rumorea que su bodega personal tiene características de colección por las etiquetas que atesora.

No aprecia a los que invierten en la producción de vino por una cuestión de ego, como hacen muchas celebrities que suele frecuentar en su país. Pero al mencionar el nombre de Francis Ford Coppola, es categórico: "Francis es un tipo serio haciendo vino".

Su aspiración es que a partir de las 47 hectáreas de viñedos que tiene actualmente, llegar a una producción de entre 250 y 300 mil botellas al año, principalmente orientadas hacia el Malbec.

Como estaba con un pie en el avión, quedamos en encontrarnos en su próximo viaje a la Argentina, y hasta dejamos armado con su hombre en Urraca, Jean Pierre Bieri algunos programas que van de los enogastronómico a lo arquitectónico. John es de esas personas que uno piensa que si las circunstancias ayudan puede llegar a ser un buen amigo, o al menos un buen compañero de cata y cuchipanda, lo que no es poco.

Conclusión

Como es fácil advertir, las personalidades entrevistadas tienen dos cosas en común. El estar involucrados en el invertir genuinamente en nuestro país, y en el amor al vino que nos vincula y reúne a muchos. Fuera de esto, como en la vida ¡cada loco con su tema!


Miscelánea inusual: Durante 4 lunes seguidos desde el 16 de abril al 14 de mayo, a las 19 horas, Luis Diego Fernández, Lic.en Filosofía, realizará por cuarta vez el curso sobre "Dandismo-Filosofía y Estética de la vida como obra de arte". La idea es abordar el dandismo desde lo filosófico, intelectual y hedónico, analizando personajes como Brummell, Baudelaire, Wilde, Proust, Cravan y Foucault. Con esos nombres, sumados a estudiosos como Onfray, Balzac, Camus. Ciertamente, un tema que no es ajeno a todo amante del sibaritismo. La cita es en la Escuela de Filosofía, Córdoba 4867-1º E. Conectarse con el Lic.Fernández al mail ldf@fibertel.com.ar

Miscelánea celebratoria: La Vinotera del Hyatt Duhau es el sector donde uno se encuentra con los mejores quesos y algunos de los mejores vinos del país. Esta conjunción se podrá disfrutar exaltada, porque su Gerente General, Antonio Álvarez Campillo, ha resuelto que en su hotel, el Día Mundial del Malbec se celebre desde el día 16 al 22 de abril en este lugar, a partir de las 18 horas, donde ofrecerán una degustación de una vertical de Rutini Malbec, acompañada de una selección de quesos hecha por la "Cheese Master" de la casa. Sospecho que lo mejor será reservar o si prefiere informarse más en detalle, el teléfono es el mismo: 5171 1340. Para no perdérselo.


Fuente: Alejandro Maglione - Conexión Brando.


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