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¿POR QUÉ TODO EL MUNDO HABLA DE CABERNET FRANC?

¿Por qué todo el mundo habla de Cabernet Franc?
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7 minutos

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08/07/2014
Es la uva de moda aunque sus posibilidades de crecimiento son chicas. ¿Qué tiene de especial esta variedad y qué etiquetas probar para conocerla?

En el vino las modas toman más o menos cinco años en instalarse. Y ahora, al cabo de un lustro desde que publiqué mi primera nota sobre el tema, el Cabernet Franc está en boca de todos: el crítico de vinos Luis Gutiérrez eligió como mejor vino de la Argentina un Cabernet Franc, mientras que las bodegas top tienen uno en sus filas top y los wine groupies -esos que twittean arrobando enólogos y los saludan en la feria como amigos de toda la vida- se frotan las manos pensando que el Cabernet Franc es la próxima gran promesa de argentina.

Es verdad, el Cabernet Franc puede ser una de las próximas grandes uvas del mercado local, con una pequeña salvedad: en 2012, últimos datos disponibles por el INV, sólo había en el país 624 hectáreas plantadas. Si pensamos que uvas para vinificar había unas 200 mil hectáreas plantadas el mismo año ¿cómo es posible que una uva que representa menos del 0,2% de la superficie nacional esté en boca de todos?

La razón hay que buscarla en dos hechos concretos. Por un lado, el Cabernet Franc da vinos distintos -ya veremos cómo y cuáles-. Por otro, entre los consumidores formados ofrece una novedad bien curiosa que contrasta con la marea del Malbec, como una alternativa que lustra la vanidad de los bebedores. Esos dos hechos alcanzan para que, cuando alguien lo pruebe, identifique al Franc como algo apetecible y enseguida le de carta de recomendación.

¿Qué gusto tiene el Cabernet Franc?

Como predecesor del Cabernet Sauvignon, es una variedad algo más rústica que su descendiente, pero también más expresiva. Con un carácter frutal, cuyo recuerdo de frutos rojos frescos es innegable, tanto en intensidad como en definición, el Franc resulta más cotizable en la boca: ahí se presenta como un vino algo austero y lineal, en cuanto a que, a diferencia del Malbec que llena la boca con cierta gordura, es delgado y estructurado, con un nervio tenso del que se desprenden sus atributos gustativos, como cierta rusticidad de taninos, sabor pleno y durabilidad. Todas condiciones que, en un mercado en donde el Malbec es rey, casi supone haber incluido en la góndola a un extraterrestre.

Esa condición de rareza hizo que la variedad fuera siempre empleada en cortes, porque podía hacer que un Malbec o un Cabernet Sauvignon ganara singularidad. Pero ahora se lo elabora como varietal puro. Y esa es la clave de la moda Franc. El problema es que, como hay muy poco, resulta muy caro. Y los que son baratos, cabe aclarar, o no son puros o son milagros puntuales.

Nueve que hay que probar

Hoy hay varios ejemplares, con una mayoría de excelentes vinos de precios elevados, también hay que decirlo. Motivo suficiente para que los wine groupies estén a la caza de sus botellas favoritas y para que, el común de los bebedores, sufra fobia de billetera a la hora de desembolsar por una botella. En todo caso, la experiencia bien vale la pena. Más si te organizás con algunos amigos para darte el gusto y compartir los gastos. Yo empezaría con estos buenos ejemplares. Después me cuentan.

Lamadrid Reserva Single Vineyard Cabernet Franc (2011, $92). De estilo cosmopolita, en cuanto a que ofrece intensidad colorante, intensidad aromática e intensidad de paladar, este Franc consigue jugar de local con una boca bien lineal y de taninos redondos. Se cuenta entre los más accesibles del grupo y puede ser una perfecta puerta de ingreso.

Casa Boher Cabernet Franc (2012, $120). Entre las bodegas que siempre tuvieron un Franc en sus filas, Rosell Boher es posiblmente la que más cosechas acumula, ya que desde 2002 lo lleva en su porfolio. Sin embargo, Casa Boher es el primero de esta línea que ve la luz. Un tinto de factura clásica, de aromática moderada y paso atemperado, pero con el nervio del Franc impreso en su boca unidimensional, jugosa y sostenida. Inmejorable relación calidad precio, dentro de la variedad.

Lagarde Guarda Cabernet Franc (2010, $190). Clásico de la góndola, fue uno de los primeros en salir como varietal al mercado. Es fragante, con un alto perfil aromático, y una boca delicada e intensa, con taninos de trama muy fina. Ideal para comenzar a descubrir la variedad, precisamente porque el estilo es más bien austero y el vino luce tal y como es.

Pulenta Estate XI Gran Cabernet Franc (2010, $240) es, a mi juicio, sino el mejor uno entre los tres mejores Franc del mercado. Es intenso y elegante al mismo tiempo, con una aromática en la que despuntan frutas rojas y especias por igual, y un paladar delicado y de estructura suelta, pero rico en matices y con un final larguísimo y emocionante.

Fin del Mundo Single Vineyard Cabernet Franc (2008, $250). Bodega del Fin del Mundo lanzó una línea de Single Vineyard en la que incluyó, desde el día uno, este Cabernet Franc. La razón es que en Patagonia la uva funciona mejor que su pariente, el Cabernet Sauvignon. Y este ejemplar da buena cuenta de ello: intenso, aromático y frutal, ofrece una boca jugosa y a la vez tirante. Bien, es uno de los tintos icónicos de la nueva Patagonia.

Marcus Gran Reserva Cabernet Franc (2011, $250). Humberto Canale fue una de las primeras bodegas en explorar el potencial del Franc. Como el ciclo del varietal es más corto que el de Cabernet Sauvignon, se adaptó bien a la Patagonia. Y este ejemplar, con un rico perfume frutal, apenas tocado con hierbas aromáticas, propone un paladar de paso amable y lleno de sabor, bien envolvente, con textura delgada. Para paladares clásicos, una opción perfecta.

Angélica Zapata (2009, $260). Lanzado en 2006, este vino lleva recorrido un buen camino a la fecha. Ofrece un tinto de altos decibeles frutales y balsámicos, con volumen medio y acidez jugosa, que lo ponen como un número fijo a la hora de hablar de Franc. Sería el ejemplar de alcurnia de estos recomendados. Y un ejemplar perfecto a la hora de probar este varietal.

Zaha Cabernet Franc (2011, $288) lanzado en 2013, este vino es un paradigma de modernidad en cuanto que ofrece alta expresión sin ser un tinto apretado. Más bien todo lo contario. Complejo, destaca su buena boca, de paso suelto y lineal. Un vino para sorprender, tanto por la marca como por su sabor.

Gran Enemigo Cabernet Franc Gualtallary (2010, $800). Lanzado en 2014, este ejemplar elaborado por Alejandro Vigil, enólogo de Catena Zapata, para Aleanna, el proyecto del que forma parte junto con Adrianna Catena, ofrece el perfil más moderno para el varietal: frutado, recuerda a cerezas, con un trazo herbal; a la boca es delgado, con textura de tiza y buena frescura. Taninos firmes y jugoso. Para paladares de tendencia, tiene un par elaborado en Agrelo que, a diferencia de este, es carnoso y redondo.


Fuente: Joaquín Hidalgo - Planeta Joy.

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