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QUÉ VINOS BLANCOS CONVIENE COMPRAR Y POR QUÉ

Qué vinos blancos conviene comprar y por qué
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4 minutos

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19/09/2011
Con la llegada de los días tibios de la media estación los vinos blancos ganan protagonismo.

Guía de compra para bebedores primaverales.

En una cena se descorchan dos Malbec y un Sauvignon Blanc, y el blanco se termina primero. En foros de consumidores alguien filosofa que los consumidores debieran rever a los blancos, porque son más atractivos que los tintos. En un almuerzo de periodistas gastronómicos el Chardonnay cunde y opaca a los vinos de color.

Son pequeños índices, es verdad. Pero índices al fin de que los consumidores comienzan a descubrir los vinos blancos. Y ahora que los días gratos se avecinan, los blancos ofrecen estilos ideales para calmar la sed y refrescar una comida. Si aún no se animó a probar los nuevos blancos argentinos, le sugerimos se olvide del Malbec por un minuto y se asombre con todo el mundo de sabores que hay en la góndola. Aquí, los ordenamos por variedad:

Chardonnay plan "light": si hasta hace poco un buen Chardonnay debía tener una notable crianza en roble, hoy la ampulosidad y cremosidad de este varietal van cediendo paso a la frescura mineral y málica, al paso vibrante y el cuerpo medio. Más accesibles al gran público, el nuevo estilo que se impone los hace versátiles en la mesa, y acompañan bien pastas con hongos o risottos con frutos de mar. Buenos ejemplos para probar son Saurus 2009, Alta Vista 2010 y Alegoría Gran Reserva 2009 en la alta gama.

Sauvignon menos tropical: en los últimos años las bodegas buscaron ofrecer Sauvignon blancs con aromas de maracuyá. La novedad ahora viene dada de una nueva elegancia, con aspectos herbales y un considerable aroma a pipí de chat, y un "toque" de maracuyá. En cualquier caso el estilo es intenso y tienen buenos exponentes en esta cosecha, como Portillo 2011, Los Cardos 2011, Séptima 2011, Riglos Quinto 2011. Fríos, nunca helados, son perfectos para los mariscos.

Torrontés fever: es notable lo que sucede con este varietal, ya que hoy no es sólo patrimonio riojano y salteño y son cada vez más bodegas lo producen en San Juan, Mendoza y Patagonia. El abanico estilístico se ha abierto tanto que hoy se puede beber un torrontés chardonnizado como el Manos Negras 2011, cristalinos como Laborum 2011, o típicos como Lorca Fantasía 2011 o José Luis Mounier 2010. También tiene su costado goloso de la mano de espumantes como Deseado y tardíos como Cafayate Cosecha Tardía 2010.

Viognier de capa caída: esta uva tuvo mejores momentos, años en que los parecía ser la alternativa natural al Chardonnay -aunque lejos en volumen- por su buen peso, su carnosidad y andar envolvente. Sin embargo, en las últimas añadas parece haber subido de alcohol más de lo que le conviene. No obstante, buenos ejemplares son Ampakama 2010 y Graffigna Centenario Tardío 2007.

Pinot Gris o Grigio: entre los blancos más festivos, el Gris o Grigio es de los que siempre dan ganas de beber ni bien aprieta el calor. De aromática intensa y andar ligero, puesto en una copa una noche de primavera representan el costado deliciosamente frívolo de los blancos argentinos. Ejemplares perfectos para tener a mano son Lurton 2011 y Alma Mora 2010. La frivolidad se completa con damascos turcos, pistachos y queso brie.

Semillón germinado. Al fin esta uva comienza a reflotar. Supo ser una de las más cultivadas del país y luego cayó en el olvido hacia la década de 1980. Sin embargo, vinos como Latitud 33º y Mendel 2010, fragantes y delicados, con cuerpo medio y paso elegante, permiten soñar con una formal resurrección.

Blancos pero no puros: en materia de corte se verifican apuestas audaces en nombre de la frescura. En tal sentido, el aromático Tocai le da vida a algunos cortes de Chardonnay -como el Goyenechea 2010-; mientras que Chenin sigue siendo una variedad rezagada, que se emplea específicamente para estirar el volumen del Chardonnay en blancos de bajo precio. Un corte de lujo es CXV de Bodegas La Rosa 2008, que combina 50% Chardonnay, 35% Viognier y 15% Sauvignon Blanc.


Fuente: Joaquín Hidalgo - La Mañana de Neuquén.


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