Como pocas bodegas y bajo la enologia de Adrián Manchón, sus etiquetas tienen grabado a fuego todo el carácter de un terroir que sigue sorprendiendo.

Cuando se hace referencia a Cuvelier Los Andes, se está hablando de una bodega con mística propia.

Si bien está emplazada en el proyecto Clos de los Siete, bajo la "guía espiritual" del gurú Michel Rolland, esta bodega en particular, de la mano de un trabajo metódico y de un irrenunciable perfil bajo, logró ganarse una corte de consumidores adeptos. Muy adeptos.

Quien gusta del estilo de Cuvelier es aquél que apuesta por los vinos con un carácter muy particular.

El manifiesto de esta bodega, fundada por los franceses Jean Guy y Bertrand Cuvelier -con una gran experiencia bodeguera en Burdeos-, es el de hacer vinos donde se manifieste el terroir. Así, a lo largo de todo el portfolio, el objetivo trazado es el de resaltar la fruta y toda la carga aromática propia de la uva, independientemente de que algunos registren pasos por barrica a lo largo de 18 meses.

Esto implica que en los vinos de Cuvelier la madera se encuentra perfectamente integrada. Es inútil intentar encontrar esa vainilla invasiva de algunos reserva o ese dulce de leche empalagoso típico de vinos con un largo trajin en roble.

Sin embargo, tal como se señalaba anteriormente, cada una de sus etiquetas tiene un carácter propio, que juega a la perfección el rol de Dr. Jekyll y Mr. Hyde: por un lado, son definitivamente potentes, concentrados, como pocos ejemplares de Uco. Sin embargo, a la vez, tienen un costado amable y delicado.

Y esta característica, lejos de ser una contradicción, es el resultado buscado y logrado desde el viñedo -a través de un cuidadoso trabajo de selección de racimos, con precisas fechas de cosecha- y un celoso cuidado en la bodega.

"Apuntamos a un estilo de vinos definitivamente francés. La madera en nuestros vinos está muy bien integrada, casi no se siente, no está esa vainilla típica que se encuentra en muchos ejemplares. La idea es que no se perciba de entrada", explicó el enólogo de Cuvelier Adrián Manchón, en el marco de un almuerzo para sommeliers y prensa especializada organizado en Astrid & Gastón y del que participó Vinos & Bodegas.

"A nivel calidad, en muchos productos estamos a la par de Francia, con la ventaja de que costamos tres veces menos", se entusiasmó Manchón antes de dar inicio a la degustación.

Cuvelier Los Andes Merlot 2010 - Precio sugerido: $100


Este ejemplar, el único elaborado como varietal dentro del proyecto Clos de Los Siete, defiende a capa y espada el linaje Cuvelier: abundante fruta roja madura, trasfondo terroso y leve toque mentolado. La madera está integradísima, aportando sutiles pinceladas de cuero. Cabe destacar que el 60% del vino pasó por barricas de primer, segundo y tercer uso a lo largo de 11 meses. Al paladar se presenta carnoso, con mucha estructura y taninos firmes que le aportan una cuota de nervio y que todavía están buscando un mayor punto de sedosidad, si bien es un vino de alta gama listo para beber. Cierra con un final de larga persistencia.

Cuvelier Los Andes Cabernet Sauvignon 2010 - Precio sugerido: $100


Ejemplar que premia en nariz con frutos rojos y negros. De los Cab profundos y de muy buena tipicidad, de la mano de una pirazina en niveles no invasivos. La madera, fiel al estilo de la bodega, aporta pinceladas y algo de complejidad, como cuero y café. En boca se muestra carnoso, concentrado, de paladar pleno. Muy largo de boca. A medida que avanza y se extingue libera más de esa fruta madura.

Cabe destacar que se trata de la segunda cosecha de esta etiqueta. Al respecto, Manchón explicó que la Cabernet Sauvignon "es mi segunda cepa favorita de las que se producen en el Valle de Uco porque tiene fineza y tipicidad".

Cuvelier Los Andes Colección 2009 - Precio sugerido: $117


Es un complejo blend elaborado a partir de un 59% de Malbec,16% de Merlot, 15% de Cabernet Sauvignon, 5% de Syrah y 5% de Petit Verdot. El resultado en nariz es un vino ampuloso, intenso, con gran despliegue de aromas de fruta roja y negra, casi confitada, con sutiles toques especiados y alguna leve pincelada de cuero y café, aportada por la madera. Al paladar se presenta jugoso, concentrado, con la sucrocidad del Malbec como columna vertebral del vino. A medida que avanza se liberan aromas a ciruela. Final largo y a toda orquesta.

Según el enólogo, el aporte del 5% de Petit Verdot es clave en este vino porque "otorga un nervio fantástico, pero, sumado al Cabernet o al Syrah, se doma un poquito".

Cuvelier Los Andes Grand Vin 2006 - Precio sugerido: $150


Vino definitivamente elegante, sin resignar potencia, elaborado con un 70% de Malbec, 10% de Merlot, 10% de Cabernet Sauvignon y 10% de Syrah. Con notas de frutas como cerezas y ciruelas, acompañado por un levísimo toque de vainilla y toques tostados. En boca es un vino de paladar pleno, taninos firmes pero que evolucionan perfectamente. A medida que se evapora, en un largo final, deja un intenso recuerdo de esa fruta percibida al comienzo. La madera, bien integrada de punta a punta. Definitivamente una etiqueta de alta gama y con un precio sugerido en góndola más que atractivo.

"La idea era la de lograr un blend de excelencia. Durante unas cosechas, éste fue el ícono de la bodega. Lo mejor de cada varietal está acá. Tiene una sutileza similar a la que se percibe en un gran vino francés", explicó Manchón.

Cuvelier Los Andes Grand Malbec 2009 - Precio sugerido: $297


El caballito de batalla de Cuvelier, con un bombardeo de fruta roja, toques florales y pinceladas especiadas. Pese a haber pasado 18 meses en barricas de roble francés, la madera sugiere más que lo que muestra, ratificando el estilo de la bodega. En boca se presenta sumamente concentrado, con muy buna carnosidad. Es un vino casi masticable con taninos vivos y en plena evolución, lo que ratifica que se está ante un Malbec que está preparado para resistir un largo período de guarda. Largo final con todos los elementos en orden como para alumbrar uno de los mejores Malbec del Valle de Uco.

"Se fermenta en barricas, se lo mima, se lo acaricia. Es un vino ícono que no nos da de comer, pero que representa al Malbec argentino, así como el Grand Vin representa a los blends de Uco", concluyó Manchón.

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Fuente: J.D.W. - iProfesional.