La variedad más cultivada en argentina tiene también su bemoles que sirven para explicar el mercado de vinos. Todo lo que hay que saber para elegir una buena botella y sus ejemplos.

Malbec es sinónimo de Argentina en el mundo. Para los argentinos, sin embargo, no está tan claro qué significa: hay vinos con cuerpo y vinos ligeros, vinos de estructura y vinos frescos, y también hay desde rosados a espumosos con Malbec. De modo que para los consumidores locales –y no tan locales- el Malbec es una bolsa de lindos gatos que cuesta poner en sintonía fina.

La razón detrás de esta sensación dispersa es una sola: en 2015 nuestro país tiene 39.300 hectáreas cultivadas con Malbec, la mayor en todo el mundo, y todas las bodegas ofrecen al menos un ejemplar. Lo que supone un gran volumen de vinos elaborados bajo una misma variedad. Cultivado de Salta a la Patagonia, pero con el 86% de las hectáreas en Mendoza, el Malbec supone un universo estilístico complejo.

Para no perderse en plan de consumo, hay una serie de estilos para conocer, lo mismo que algunos orígenes, que ayudan a poner un paño frío a tanta dispersión. Los recomendados que vienen a continuación deberían servirte como guía para hallar tu botella ideal.

EL PROBLEMA DEL ORIGEN

El vino tiene lógica propia en ciertas categorías. Y una de ellas, quizás la más difícil de asimilar, es la del terroir. Dicho de otro modo: la del origen de la uva como una de las claves para explicar el sabor de un vino. Es una manera natural de explicarlo, pero no tan natural de acercarse al vino, porque demanda conocimiento.

En pocas palabras el terroir es la combinación de suelo, clima y trabajo del hombre para hacer el vino. Y en menos palabras aún, esa conjunción limita el sabor de un vino en un lugar determinado. Sucede que aprender a beber vinos por origen demanda tiempo e inversión en ensayo y error. Pero para evitar que gastes un dineral en este asunto, vamos a resumir algunas de las cosas más importantes que hay que tener en mente, junto con sus orígenes claves y sus tipos de vino.

Pero primero, lo primero: hay que saber que una misma variedad de uva, plantada sobre suelos diferentes y a diferentes alturas, da vinos muy distintos. En nuestro país, la forma más sana de darse cuenta es probando Malbec, que está plantado en todo el territorio. Y así, un ejemplar de Salta será muy diferente de uno de la Patagonia. Cambiará la textura, el color y el sabor. De forma que para tener una guía simple de compra, tenés que manejar estos datos.

Malbec con cuerpo e intensidad de boca

Este tipo de vinos son los que se producen en zonas altas, a contar de los mil metros en promedio. La razón no es sencilla de explicar, tiene que ver con el tipo de tanino y potencial alcohólico al que llegan, que se percibe como un cuerpo musculoso al paladar. En todo caso, sí son fácil de degustar: un Malbec de Los Valles Calchaquíes, en Salta, o Luján de Cuyo y Valle de Uco, en Mendoza, con denominaciones como Agrelo y Las Compuertas en el primer caso, y La Consulta o Vistaflores en el segundo. Pero si son regiones parecidas, ¿qué los distingue?

Valles Calchaquíes, ofrece un tipo de Malbec violeta opaco y aromáticamente especiado, de frescura moderada, como Cafayate Gran Linaje ($133) y Domingo Molina ($270).

Luján de Cuyo, uno del tipo violeta y aromáticamente frutal y especiado, de frescura moderada, como Luigi Bosca DOC ($280) y Lamadrid Gran Reserva ($226).

Valle de Uco, uno del tipo violeta brillante y aromáticamente frutado, floral y vegetal, como Petit Fleur ($163) y Altocedro Reserva ($450)

Malbec con cuerpo medio y buena frescura

Así son los ejemplares de zonas más frías. Si bien no ofrecen gran volumen de boca, tienen una estructura delgada, en la que los taninos son firmes y ofician como un esqueleto algo falto de músculo. En eso, su frescura marcada, hace al truco de la tensión. Así son los Malbec de Río Negro, la zona alta del Valle de Uco, como Altamira y Gualtallary.

Río Negro y Neuquén ofrecen un Malbec violeta brillante con aromas frutales, florales y apenas vegetal. Ejemplos son Humberto Canale Old Vineyard ($198) y Saurus Patagonia Select ($133).

Alto Valle de Uco, ofrecen un Malbec violeta intenso, con aromas frutales, florales y vegetales. Ejemplos son Killka ($87) y Viento Sur ($60).

Malbec con cuerpo e intensidad media

En las zonas más bajas y cálidas los vinos resultan con este perfil. Ofrecen taninos moderados, frescura moderada y atractivos aromas frutales. Pero lo más importante es que, siguiendo la idea del cuerpo, se comportan como músculos sin esqueleto, por lo que se expanden en la boca y ensanchan el paso sin una línea conductora. Así resultan, por ejemplo, los del Este de Mendoza o la zona central de San Juan. San Martín y Santa Rosa en la primera, Sarmiento y 9 de julio en la segunda. El asunto está en que el calor del verano hace que las uvas sean flojas en taninos y frescura. Buenos ejemplos son Callia Blend de Terroir ($60) y Tracia Honores ($74).

Dos curiosas excepciones

Este cuadro general, como todo cuadro general, ofrece algunas excepciones. Dos nos parecen centrales. Una son los vinos de cuerpo medio, frescura media y alta intensidad de sabor que ofrece, por ejemplo, San Rafael. Allí el Malbec tiene un perfil que calza justo entre lo que se espera de Luján de Cuyo y del alto Valle de Uco. Buen ejemplo es Cavas Don Nicasio ($350) y 135º Aniversario ($294).

La otra excepción está en los Malbec de cuerpo medio, frescura elevada e intensidad de sabor. Este tipo de vino se degusta en zonas donde hay mucha piedra en el suelo, pero que están cultivadas en zonas altas. Así son, por ejemplo, Perdriel en Luján de Cuyo y El Peral en Tupungato. Ejemplos concretos son Finca Perdriel ($148) y Serbal Malbec ($115).

Y ahora sí, al menos, podés tener un plan para elegir un vino por sus características en cada región. Es el punto de partida, claro, más adelante quedara dilucidar qué es el estilo en un vino y qué le aporta a un varietal. Pero eso lo vamos a tratar en la próxima nota.

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Fuente: Joaquín Hidalgo - Vinomanos.