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IMPORTADOS DE MODA: LA NUEVA OLA INMIGRATORIA DE BEBIDAS EXTRANJERAS

Importados de moda: la nueva ola inmigratoria de bebidas extranjeras
Tiempo de lectura:
8 minutos

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26/07/2011
En la góndola local crece la oferta de nuevas bebidas importadas. Hay vodkas, tequilas, rones y whiskeys de todas las regiones del mundo. ¿Cuáles conviene comprar?

Las apariencias a veces engañan: cuando uno va a un bar y ve el fondo de barra repleto de botellas, puede llegar a creer que en la Argentina se consigue de todo. Que la oferta de espirituosas en el país es equivalente a la de las grandes ciudades del mundo. Eso está lejos de la verdad. Una vinoteca en Londres o en Nueva York puede contar con treinta tequilas, cientos de whiskies, cincuenta vodkas, decenas de rones y de licores extraños de todas las regiones del mundo.

En cambio, aquí las marcas se cuentan con los dedos de las manos. Para colmo, y a diferencia de lo que pasa en el mundo del vino donde cada semana hay nuevos lanzamientos, entre los spirits la cosa suele ser bastante más aburrida y estable. Pero, por suerte, cada tanto hay rachas positivas. Y los primeros meses de 2011 marcaron una interesante tendencia. En apenas cinco meses desembarcaron a nivel local varias marcas que brillaban por su ausencia. Todas bebidas que vale la pena conocer.

PLATA DULCE

No es casualidad que en este momento estén llegando nuevas bebidas de distintas regiones del mundo. Se debe, en realidad, a los números de la economía. Y haciendo un breve repaso de los últimos 25 años, veremos que esto siempre fue así. En los 80 no había casi bebidas importadas, salvo un par de whiskies bien conocidos y algún que otro licor. Eran épocas de inflación y de dólar caro, donde lo que llegaba de afuera se tornaba demasiado exclusivo para ser popular.

En cambio, en la década del 90, con el uno a uno, se abrieron las fronteras etílicas. De pronto, las barras del país se llenaron de vodkas, surgieron los tequilas, los rones, las cachaças, los más variados whiskies de Escocia y de Norteamérica. Era el paraíso del bartender. Hasta que un día ese paraíso se perdió cuando De La Rúa subió a su helicóptero. Vino la devaluación, el dólar volvió a ser caro y las bebidas importadas -una vez más- dejaron de llegar.

Recién a partir de 2004 se volvió a encontrar cierto equilibrio. Hoy puede afirmarse que, si bien no llega todo lo que quisiéramos, al menos se consiguen varias cosas. Esto se debe a varias causas unidas: la bonanza económica de la región; la devaluación del dólar (y del peso argentino) a nivel mundial; el crecimiento del turismo que exige y consume las marcas más reconocidas; y la mejoría de la coctelería a nivel país.

EN LA VARIEDAD ESTA EL GUSTO

En este contexto, cada año suelen sumarse algunas bebidas nuevas al portfolio nacional. Lo interesante es la diversidad de esta importación. Vodkas, whiskies, tequila, rones, cervezas. Bebidas algunas muy caras que sobrepasan los 300 pesos a otras bien económicas, que cuestan menos de 50. Algunas llegan de la mano de las grandes multinacionales, pero la mayoría es importada por pequeños distribuidores que ven nichos disponibles en el mercado y tienen la velocidad, la cintura y la inteligencia para ocuparlos. Lo cierto es que todo suma: a una buena oferta de bebidas de buena calidad le sigue una mejoría en las barras locales. Y cuanto mejor son las barras locales, más bebidas se consumen y se importan. Es una bola de nieve positiva, en la que todos salimos ganando.

Estas son algunas de las mejores novedades importadas de 2011.

  • Zubrówka
    Si hubiese que recomendar solo una botella de las que ingresaron al país, sería ésta. Un vodka saborizado con hierba de los bosques de Bialowieza, en Polonia, que es el alimento de los bisontes europeos. Incluso, en cada botella se deja uno de estos "pastos" como prueba de su uso. El resultado es un vodka único, con un sabor apenas dulce (tiene unos gramos de azúcar), muy rico y suave, con un dejo sutil a almendras, perfecto para beber on the rocks. Usualmente los vodkas saborizados dejan mucho que desear. No es el caso. Cuesta $109 en vinotecas.

  • Graduate
    Otro vodka (de la misma gente de Zubrówka), en este caso con ganas de pelear el segmento más económico de la barra. En los bares hay algo que se llama "bebida de corte", la marca que usan los bartenders para hacer un trago si es que el cliente no exige otra. Obviamente, todas las marcas quieren ocupar ese sitio. En vodka, hoy por hoy gana Smirnoff, que al ser producido en Brasil tiene muy buen precio. Ese es el lugar que quiere pelear Graduate. Sus armas: una profesional elaboración a base de centeno y la personalidad intensa y algo especiada de un vodka polaco. Se consigue a $49.

  • Agavales
    Mientras el tequila rompe récords mundiales como la bebida elegida por el jet set, en la Argentina apenas asoma su cabeza. Y esta nueva incorporación promete ser de las más interesantes, en especial por su relación precio calidad. Todos los tequilas que se venden en la góndola local a menos de $100 tienen un 51% de alcohol de ágave (el mínimo que exige la ley para llamarse tequila). En cambio, este Agavales es 100% ágave azul, lo que le da el sabor típico del destilado mexicano en su versión más pura. Viene en tres versiones: Blanco ($87), Gold ($87) y Reposado ($97).

  • Jameson Gold Reserve
    Hace más de cien años Irlanda era el número uno en whiskeys, lugar que perdió brutalmente a manos de Escocia. Pero de a poco esta isla vuelve a las primeras planas. Este Jameson Gold Reserve compite en la gama más alta ($350) con una concepción muy original. Es un blend tres whiskeys, cada uno madurado en distinta madera: barricas de ex-bourbon, toneles de ex-jerez y -esto es lo raro- en barricas de roble virgen. Mantiene la suavidad típica de los whiskeys irlandeses, pero con un perfil de madera intenso, que se traduce en frutas secas, miel y caramelo.

  • Santa Teresa
    Los rones son una de las grandes asignaturas pendientes en el mercado local. A las dos grandes marcas que están hace años (Bacardi y Havana Club), se fueron sumando otras como Barceló y Pampero. Pero la llegada de los venezolanos Santa Teresa es una de las grandes alegrías del año. El portfolio incluye un ron blanco simple (el Claro, para tragos, a un precio competitivo de $50), un muy rico y económico Gran Reserva 5 años (a $59, genial para Mojitos), un Selecto 10 años (para beber sólo, a $150) y el ícono de la casa, el 1796, que se añeja en un sistema de soleras y que compite con whiskies y cognacs ($282). Un ron con historia y presente, que empieza a saldar una deuda alcohólica de la Argentina.

  • The Snow Grouse
    En el aeropuerto londinense de Heathrow, el local "World of whiskies" ofrece más de 500 botellas de whisky distintas, y eso es apenas una muestra de lo que sucede en Escocia. Las marcas sacan año a año nuevas variedades, que escapan a la tradición con nuevas ideas. Siguiendo esta tendencia, The Famous Grouse lanzó su The Snow Grouse (nombre que refiere a un pájaro enorme de las Highlands). Para que tengas una idea: los whiskies más conocidos son mezcla de whiskies hechos de cebada malteada (que dan el sabor y la personalidad) y whiskies de otros granos (que dan la suavidad). Luego, están los single malts, que son los más prestigiosos. Y de a poco surgen algunos grain whiskies, hechos solo con otros granos, sin malta. Son más suaves, más simples, de precio medido. Eso es The Snow Grouse. Y se disfruta muchísimo si lo bebés directo del freezer, donde esa suavidad se exagera. Perfecto como shot de after dinner. Cuesta 143 pesos en vinotecas.

  • Fuller's
    Casi en voz baja llegó al país una de las cervezas más prestigiosas del planeta: Fuller's, pequeña empresa londinense con 150 años de historia que elabora una gran variedad de ales. Desembarcaron la London Pride (insignia de la marca), la Porter, la ESB, la 1845 y la Golden Pride. Si fuese cuestión de decidir una sola, iríamos por la maravillosa ESB, la extra bitter de la empresa, de intensos 5,9% de alcohol. Se consiguen solo en algunos bares. Probala, por ejemplo, en Druid Inn, Reconquista 1040.

    Fuente: Ignacio Rivera - Planeta Joy.


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