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LA BODEGA DEL PRESIDENTE

La bodega del Presidente
Tiempo de lectura:
8 minutos

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23/06/2017
No se trata de la de Mauricio, porque es abstemio, sino la de Walter Bressia; presidente de Bodegas de Argentina.

Sus ojos saltones y rasgos prominentes parecen siempre pequeños al lado de su sonrisa. Es que a pesar de todos los vaivenes que viene sufriendo la industria que representa, su bodega familiar está mejor que nunca.

Walter es un enólogo real, uno de los grandes por trayectoria y experiencia. Un tipo muy sentimental que se emociona de verdad al hablar de sus vinos, y eso habla de su humildad que va más allá de su investidura institucional, ya que le toca ser la voz cantante y sonante de todos los productores y actores de la cadena vitivinícola.

La reciente incorporación más activa de todos sus hijos al equipo vitivinícola le ha brindado una nueva energía a la bodega. “Antes eran muy jóvenes y con gustos personales, pero hoy se da que ellos opinan y se involucran, cambian sus gustos y buscan nuevas cosas”, afirma Walter.


Con Walter (34), Marita (36), Álvaro (24) y Antonella (23) al frente de los vinos, el marketing y la comercialización, él puede hacer lo que más le gusta; recorrer las viñas, probar las uvas y hacer los blends. La felicidad por haber cumplido la tarea se le nota a flor de piel, y también en cada uno de sus vinos.

Para Walter, los vinos tienen que tener una razón de ser, un concepto, una filosofía. No concibe hacerlos por hacerlos, o seguir un estilo determinado por más exitoso que sea. “Hay que acompañar al mercado pero con la convicción de lo que uno hace”, asegura y recuerda que en el momento de máximo despegue del Malbec él salió con Profundo, un blend para diferenciarse bien de donde venía (Viniterra), pero también por una cuestión personal. “Profundo era lo que yo quería recibir de un vino” cuenta.

Al escucharlo hablar de sus vinos se puede adivinar su vasta experiencia pero también sus ansias de evolución, porque sus explicaciones son más de una enología clásica pero con una visión moderna. Esto le permite convivir con la nueva generación que viene con muchas ganas de trabajar. Y gracias a que la primer etapa del negocio ya pasó, con todas sus dificultades, ahora los Bressia van por la gloria. Por eso Walter está muy tranquilo por la continuidad de la bodega.


Vinos fundamentalistas

Más allá de lo que pueda insinuar esta palabra dentro de la coyuntura, Walter Bressia es un enólogo que siempre respetó sus bases y creyó en sus fundamentos, ante todo. Es cierto que ha evolucionado, como todos sus colegas, pero sus principios enológicos siguen siendo los mismos. Y de esa manera concibe sus vinos, y más en la etapa de sus vinos de autor inaugurada por el Profundo 2001.

Sylvestra fue la línea que nació para elaborar varietales jóvenes de un precio más accesible pero con los mismos orígenes de los Monteagrelo, aunque sin paso por madera. Por su parte, se sabe que los Monteagrelo son los varietales (Chardonnay, Syrah, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Malbec) de alta gama de la bodega.

Y el blanco era el que tenía un estilo más clásico, hasta ahora. Porque llega con su nueva botella borgoña, elaborado a partir de una fermentación en barricas de roble francés y americano durante seis meses, sin maloláctica para ostentar una mayor frescura. Walter no es fan de la malo, y por la región de donde provienen las uvas no hay necesidad de llevar a cabo dicha fermentación para bajar la acidez, explica. Por su parte, el flamante Syrah llega con una vuelta de rosca en la vinificación, ya que buscaron más fruta cambiando la técnica de vinificación. Hoy, el 100% de la uva es de Vista Flores, y es el mismo componente que participa en Profundo. También cambió de botella, y su paso por madera fue más sutil. Walter no duda al reconocer que son dos vinos que cambiaron un poco su estilo para adecuarlos al consumidor, mientras los demás integrantes de la línea mantuvieron su perfil.


Para celebrar las diez primeras cosechas del vino fundacional de la bodega de familia, se presentó en 2016 un Profundo especial. Una partida celebratoria en la que intentó hacer un blend representativo de las diez cosechas con saldos de vinos existentes en bodega. Un verdadero blend de cosechas del cuál solo hay 1200 botellas (y 100 de 3 litros), manteniendo la base de siempre: Malbec (50%), Cabernet Sauvignon (30%), Merlot (10%) y Syrah (10%).

Walter Bressia es un tipo clásico contemporáneo, y sus vinos de alta gama los hace a imagen y semejanza. Un enólogo que siempre se sintió identificado con el Malbec y con el Syrah, pero nunca con el Merlot, más allá de usarlo para sus blends. Pero “el presidente” reconoce que muchas cosas pasaron por casualidad en su vida profesional, como su nuevo Merlot; ya que no tenía in mente la posibilidad de hacer uno puro. Pero cuando empezaron a pensar en el tributo del Profundo, Walter le encomendó su primer trabajo en bodega a Álvaro; el hijo que recién se sumaba al equipo, básicamente para evaluarlo como degustador. Debía catar las 800 barricas de la cava y elaborar un informe sobre los vinos existentes. Así fue como dentro de los vinos en la bodega aparecieron unas pocas barricas de Merlot de otras vendimias que impactaron a Walter, sobre todo por cómo se habían mantenido en el tiempo. Separaron algo para el Profundo y para el Conjuro, y con el resto concibieron el nuevo gran vino de la bodega, un Merlot con algo de Cabernet Franc (25%), un blend al mejor estilo de Saint Emilion, pero multi-cosecha.


Lo raro es que Walter, quién ha bautizado todos sus vinos menos -el Lágrima Canela creado por Marita- no tenga un nombre pensado para su flamante vino. Hoy, Walter está convencido que se viene el Merlot, y la idea es incorporarlo más adelante en Monteagrelo, e incluso en Sylvestra. Pero el alma de Walter no solo se siente en sus vinos, sino también en la grappa, “Alma de Uva”, a base de orujos Merlot y Sauvignon Blanc.

El presidente siempre se las arregla para tener proyectos nuevos en su bodega, y eso es lo que más lo apasiona del vino.


Los vinos

Silvestra Pinot Noir Rosé 2016 - Bressia, Casa de Vinos, Mendoza - $ – $$ – $$$ – $$$$

Elaborado por el método Champenoise peor por corto tiempo. De agradable aspecto, suave y brillante. Buena acidez, burbujas finas y persistentes, con la acidez marcada que resalta su carácter. De paladar no muy profundo y trago vibrante con sabores sutiles. Ideal para servir como aperitivo

Puntos: 90

Monteagrelo Bressia Chardonnay 2015 - Bressia, Casa de Vinos, Agrelo, Mendoza - $ – $$ – $$$ – $$$$ (May 2017 $360)

De aromas equilibrados y de intensidad media, paladar franco y refrescante con buena densidad y final algo maduro. En boca gana la frescura, con buen cuerpo y final vibrante. De ataque untuoso, con potencia y profundidad, tiene potencial y conviene servir decantado. Beber entre 2017 y 2019.

Puntos: 90

Monteagrelo Bressia Syrah 2014 - Bressia, Casa de Vinos, Agrelo, Mendoza - $ – $$ – $$$ – $$$$ (May 2017 $360)

De aromas con cierto carácter, notas de frutas rojas y algo de especias. Paladar poco profundo con taninos incipientes, paso joven con dejos de crianza bien integrados. Buen cuerpo, se abre y gana con su final fresco aunque algo compacto en su expresión de frutas maduras rojas y negras, que hablan de tipicidad. Beber entre 2017 y 2020.

Puntos: 90

Bressia Profundo 2011 “Diez Cosechas” - Bressia, Casa de Vinos, Agrelo, Mendoza - $ – $$ – $$$ – $$$$

De aromas densos, no muy intensos pero si integrados, con algo de frutas rojas y negras, dejos de pasas. Fresco, potente y con taninos incipientes, paso firme pero fino. Hay energía con clasicismo y cierta evolución pero con vida. Buen volumen y mucho potencia bien equilibrada por la frescura. La madera empieza a ganar el partido, pero el vino se las sigue arreglando para ser jugoso, con final herbal y cierta madurez. Posee un gran potencial apoyado en su estructura más allá de la evolución de sus sabores. Beber entre 2017 y 2020.

Puntos: 92

Merlot “sin nombre” 2012 - Bressia, Casa de Vinos, Tupungato, Valle de Uco - $ – $$ – $$$ – $$$$

Con algo de 2007, 2008, 2010 y 20112 y un 25% de Cabernet Franc 2013 proveniente de Gualtallary. Sus aromas son delicados e integrados, con algo herbal muy sutil y dejos ahumados. Taninos incipientes que dan una textura muy agradable, un paso franco y fresco que gana en el final de boca. Buen volumen con fluidez y algo de confituras, especias frescas y dejos herbales bien rodeados por las notas de crianza. Un vino original y complejo desde su concepción, que tiene mucho más para dar. Beber entre 2017 y 2022.

Puntos: 92

Conjuro 2012 - Bressia, Casa de Vinos, Gualtallary, Valle de Uco - $ – $$ – $$$ – $$$$

Blend de Malbec (50%), Cabernet Sauvignon (30%) y Merlot (20%) de Gualtallary. De aromas compactos bien herbales, típico de la zona, en los que sobresalen la crianza. Paladar refrescante y confitado, con algo herbal. Buen cuerpo y taninos incisivos. Hay fluidez con agarre y gran potencial. Todavía no se siente tan equilibrado porque tiene mucha más vida por delante. No es clásico, es un vino contemporáneo con mucho clasicismo que necesita más estiba para que el roble se integre. Beber entre 2017 y 2022.

Puntos: 92



Fuente: Fabricio Portelli.

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