Vinos & Bodegas participó de la degustación en la cual se dieron a conocer las últimas cosechas de su línea Premium y, además, se lanzó un espumante.

Por estos días, la clásica bodega Lavaque está viviendo momentos de cambio. Quien quisiera entrar a la página web se encontrará con que una gran imagen copa toda la pantalla y que en la que se puede leer: "Los vinos de Pancho Lavaque".

El sitio todavía está en construcción pero anticipa un poco el restyling que está recibiendo la bodega, que está comenzando a encarar su propio camino hacia un cambio de perfil, mucho más moderno y descontracturado, pero sin desatender sus propias raíces.

En este contexto, la bodega, de la mano de la conducción de Pancho Lavaque -quien con apenas 33 años está al frente de todas las unidades de negocios de la compañía- también está reforzando la "premiurización" del portfolio.

En efecto, días atrás, en un almuerzo organizado en el palermitano restaurante Francesco, se pudo degustar el Félix Torrontés 2011 y el Félix Malbec 2009, con la posibilidad, además, de realizar una "mini vertical", dado que también se cató la añada 2008 de este último varietal, etiqueta que todavía se encuentra en algunas vinotecas.

Además, se presentó Alpaca, el nuevo espumante de la bodega con uvas de Cafayate y de Catamarca.

Las nuevas cosechas

Pancho Lavaque se refirió a la línea Félix como "algo chiquito pero importante, por lo que representa en materia de posicionamiento y por la impronta de cultura del trabajo, desde el viñedo hasta la etapa de comercialización".

Además, destacó que "la idea con la línea Félix fue comenzar con los dos varietales más representativos de la Argentina. El objetivo es mantener un portfolio bastante simple para ir expandiéndolo muy de a poco".

Respecto al Torrontés 2011, se trata de la segunda añada de esta etiqueta, para la cual se elaboraron poco más de 3.000 botellas y que está saliendo al mercado con un precio sugerido de $79.


A la hora de abordar el Torrontés, que cuenta con el sello de un referente como José Luis Mounier, Vinos & Bodegas se encontró con un vino expresivo, con las esperables notas florales, algo de cáscara de naranja y un toque de durazno, definiendo así una paleta que respeta a rajatabla la tipicidad del varietal. En boca es un vino balanceado, dado que si bien tiene una muy buena acidez, no llega a ser de los Torrontés acerados. Además, tiene un paso algo ágil pero sin resignar untuosidad. Este mix de características dan forma a un blanco bien fresco pero que no está dispuesto a perder elegancia.

Al momento de explicar cómo llegaron a este concepto, Pancho Lavaque destacó que "nuestra experiencia en la alta gama con esta cepa comenzó con el Quara Single Vineyard, que tiene un estilo más de Chardonnay, es decir, fermentado en barrica y con mucho cuerpo. Por eso, cuando pensamos en Félix, queríamos un vino expresivo pero desde la tipicidad y con mucha elegancia".

Entre los datos técnicos, cabe destacar que es un Torrontés con poca madera -apenas el 20% del vino pasó por madera- y que está elaborado con uvas provenientes de un viñedo ubicado a 1.650 metros sobre el nivel del mar en la ladera oeste del Valle de Cafayate y que, se estima, data del año 1910, lo que garantiza niveles de producción acotados de manera natural.

Además, este vino significó el primer contacto de Mounier con los cada vez más utilizados huevos de concreto para fermentación, una suerte de ánfora que permite que el vino siempre esté en movimiento y que se registre una temperatura uniforme en su totalidad.

Para Lavaque, la experiencia con este aún novedoso formato para la fermentación permitió que "este Torrontés ganara mucho en boca".

A la hora de abordar el Malbec, Lavaque destacó que "queríamos hacer un vino que, cuando alguien tome una copa, invite a servirse otra. Lo hicimos pensando más en respetar la tipicidad de la cepa que en buscar la tipicidad salteña".

El primer ejemplar a degustar fue el Malbec 2008, del cual se elaboraron unas 7.000 botellas, algunas de las cuales todavía se pueden conseguir en vinotecas y que vale la pena probar a un precio sugerido de $99.


No es para menos, se trata de un Malbec que está en su punto justo de evolución, listo para tomar, con una nariz elegante y compleja, dominada por frutos rojos -como cereza confitada-, notas mentoladas, con toques especiados y una pincelada levísima de cuero. Con el paso de los minutos, en la copa va ganando espacio el característico caramelo, propio de su paso por cerca de 10 meses en barricas de roble (50% francés y 50% americano de primer y segundo uso). En boca exhibe buen cuerpo, marcada acidez y taninos definitivamente sedosos. El final es elegante, de persistencia medio-larga, durante el cual se liberan aromas tostados.

Se trata de una etiqueta que, si bien evolucionará bien un par de años más, está lista para disfrutar ahora.

Luego, fue el turno de la añada 2009, para la cual la bodega subió la apuesta y elaboró 10.000 botellas, cerca de un 40% más que de la 2008. Se trata de un Malbec que si bien, lógicamente, no alcanzó el nivel de complejidad de la anterior cosecha, exhibe un muy buen presente y está evolucionando correctamente en botella, lo que permite prever un promisorio futuro de este ejemplar que mantiene la línea de su antecesor. En nariz, frutos rojos maduros, una leve nota floral y sus característicos trazos especiados. En boca, mantiene su perfil fresco pero elegante, aunque presentándose más estructurado, con taninos más firmes y mayor "nervio". Listo para tomar ahora, aunque en seis a doce meses irá encontrando algo más de redondez.

Posteriormente, para cerrar el almuerzo, se dio a conocer el espumante Alpaca Brut Nature de Finca Quara, que estará viendo la luz en los próximos días y llegará a un precio de entre $70 y $75.

Este espumante, del cual se elaboraron apenas 1.000 botellas, está elaborado en base a uvas Pinot Noir -de Catamarca-, Chardonnay y Torrontés -de Salta-. En nariz se destacan las notas de frutas, especialmente las tropicales, con un leve aporte floral. Las burbujas, pequeñas y persistentes, lo vuelven chispeante en boca y potenciarán mucho más los aromas frutales. Si bien es un vino versátil y que puede ser pensado para acompañar algún plato, se luce como aperitivo.

"Es la primera vez que hacemos un espumante con uvas de Cafayate. Era hora de dar este paso y lo estamos haciendo con un muy buen producto", destacó Pancho Lavaque, quien dejó en claro que los vientos de cambio están en marcha.

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Fuente: J.D.W. - iProfesional.