¿En busca de un buen vino blanco? Vinos & Bodegas seleccionó cinco etiquetas ideales para disfrutar durante una noche cálida. A tomar nota.

Atrás quedaron los Torrontés "old school", alcohólicos, potentes en nariz y con final amargo, atributos estos que fueron tomados durante décadas como un sello distintivo de la variedad.

Pero esta visión de la tipicidad, defendida a lo largo del tiempo como un símbolo de la identidad del Norte Argentino, fue dando paso a un concepto más "global friendly".

En efecto: el Torrontés promedio hoy es un vino sumamente elegante y agradable. Su rico perfume, su buena acidez y su frescura, en definitiva, lo convirtieron en una opción cada vez más atractiva para los consumidores del exterior, principalmente de Estados Unidos.

Evitando el debate sobre los efectos de la "globalización" en la forma en que se elaboran los vinos, desde Vinos & Bodegas no podemos más que sentir fascinación por los exponentes de altísima calidad que están alumbrando numerosísimas bodegas argentinas, en diferentes provincias y con las particularidades que cada región le imprime.

Y si "globalizar" una cepa implica dotarla de mayor sofisticación... entonces bienvenida sea para el Torrontés, que igualmente, no está de más decirlo, nunca perderá su indeleble "sello nacional".

En este contexto, Vinos & Bodegas dio con un Top 5 que refleja una gran diversidad y con etiquetas que reflejan el potencial de cada región a la hora de abordar esta variedad blanca.


Esta cooperativa es uno de los referentes indiscutidos en lo que respecta a Torrontés riojano. En nariz es sutil, con predominancia de los aromas cítricos. Pero basta darle unos minutos en la copa para que aparezcan agradables notas de miel y melón. En boca, en relación al resto, presenta un ataque relativamente dulzón, seguido por una buena acidez, sin ser mordiente. Además, muestra un cierto nivel de untuosidad que lo vuelve sumamente atractivo. Tiempo atrás dialogamos con Jorge Ruitti, enólogo de la bodega y una de las pocas autoridades en la materia que hay en el país, quien acertadamente nos sugirió que un Torrontés de estas características marida perfecto con un lomo a la pimienta.


Uno de los créditos salteños de este Top 5. Es un vino, como todo buen ejemplar del NOA, súper floral en nariz, con algún toque cítrico, muy leve y, lo que es más interesante, su paso por barrica (unos 6 meses) le imprimen un sutil toque a vainilla. En boca muestra una muy linda acidez, que lo convierte en un ejemplar sumamente fresco. A esto hay que sumarle que gran parte del caudal aromático, luego se traslada a la boca, donde su carácter floral sin dudas se potencia. Todo esto redunda en que sea un vino con un final de larga persistencia. Estas características lo convierten en un buen candidato para acompañar comidas bastante condimentadas, como un clásico pollo al curry.


Excelente exponente de la provincia de San Juan, donde se nota la hábil mano del winemaker José Morales. Es un vino que llega al mercado con importantes "diplomas" por revalidar: la cosecha 2010, que aún se consigue en el mercado, fue el único Torrontés consagrado con un Trophy en el Argentina Wine Awards. Y lo cierto es que esta nueva añada reafirma el expertise de Callia a la hora de elaborar esta cepa blanca: en nariz es muy perfumado, con muchas notas de flores, como el azahar, y una naranja madura que definitivamente se cuela en la copa. En boca muestra una atractiva acidez que lo vuelve fresco y vivaz, sin perder la elegancia, uno de los sellos de la bodega. Es un vino cosmopolita que sin dudas sirve como un "manual práctico" para entender por qué los paladares americanos se enamoraron del Torrontés. ¿Otro punto a favor? Definitivamente su precio.


La bodega salteña, que cuenta con asesoramiento del flying winemaker Paul Hobbs, hoy es referente en la elaboración de vinos salteños de alta gama. Y este Torrontés no es la excepción. De este top 5, decididamente es uno de los más cítricos, con un interesante aporte de aromas florales y algo de durazno blanco -leve-, que le dan forma a un paleta simple, directa, pero bien expresiva. En boca, todo esto se traduce en un vino con excelente nivel de acidez, intenso, y de una marcada frescura. Final persistente y agradable. Los amantes de la comida asiática encontrarán en este ejemplar del Norte Argentino un ladero que no falla.


Si bien recientemente salió al mercado la última añada, la cosecha 2010 se consigue y está para disfrutar ahora. Si bien es un hecho que el Torrontés ya no es patrimonio de las provincias del norte, un dato a destacar es que la bodega apeló a un atractivo concepto para posicionar su etiqueta, dado que es un assemblage de viñedos de Cafayate (Salta) y Agreglo (Mendoza). Esta característica sin dudas le aporta un giro distinto a la cepa. En boca se percibe una rica miel, con un pomelo suave de fondo y algo de azahar. En boca se desenvuelve con una linda acidez y algo de untuosidad, rematado por un final agradable y de larga persistencia. Elegante, pero por sobre todo, muy versátil a la hora del maridaje: tenelo en cuenta para compañar desde pastas con salsas elaboradas en base a crema a carnes blancas, pasando por el infaltable sushi.

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Fuente: Alejandro Arzuaga - iProfesional.