Consideradas bebidas digestivas, son ideales para después de comer y cada país tiene su especialidad. Se elaboran desde la Edad Media pero sus fórmulas siguen siendo secretas. Aquí, cinco licores para la sobremesa.

En cada licor hay una sabia combinación de alcohol, azúcar, agua y materias vegetales como hojas, frutas, flores, especias y raíces, aunque esto es sólo una simplificación ya que la naturaleza, el estado y la proporción en que intervienen los ingredientes y los diferentes procesos a los que son sometidos, definen su tipo. Técnicamente son bebidas hidroalcohólicas aromatizadas que se obtienen por maceración, infusión o destilación de diversas sustancias vegetales con alcoholes aromatizados o por la adición de extractos o esencias o por la combinación de ambos procedimientos, edulcoradas con azúcar, miel, glucosa o mosto de uva, coloreadas o no y con una graduación superior a los 30 grados. La calidad tiene que ver con las propiedades de las materias primas y los procesos de producción. Aquí, cinco importados para la sobremesa.

Limoncino Bottega

Licor de limón de origen italiano, elaborado con limones sicilianos pelados a mano y macerados en alcohol y Grappa. Tiene sabor concentrado, el equilibrio justo entre fruta, azúcar y alcohol, buen peso en boca, es denso y almibarado y con frescas notas cítricas de pomelo rosado y lima matizadas con un tono floral. Ideal para hacer tragos clásicos y especiales y para acompañar mousse de maracuyá o Tiramisú ya que contrasta perfecto con la cremosidad por su toque ácido y gran frescura. Cuesta 625 pesos.

Patrón Citronge

Un licor extrafino destilado en México con piel de naranjas dulces orgánicas cultivadas en Jamaica y naranjas agridulces de Haití maceradas en alcohol neutro de alto grado y azúcar de caña. Es dulce pero fresco, muy untuoso, cítrico y punzante, tiene 40% de graduación, sabor intenso, gran cuerpo y persistencia y es una excelente bebida para terminar una comida o para acompañar postres de chocolate amargo como la marquise por su final de boca amable, singular frescura y su bouquet. Cuesta 550 pesos.

Sambuca Isolabella

Moderno y contemporáneo licor italiano originario de Lacio, elaborado a base de siete hierbas aromáticas, entre ellas el anís tanto verde como estrellado y el sauco, maceradas durante siete días con azúcar y destiladas en alcoholes. Es muy perfumado, de sabor suave, frutado, mentolado y persistente y aunque es muy rico solo, también acompaña muy bien postres con nueces, almendras, membrillos y avellanas y es ideal para agregarle un chorrito al café. Cuesta 385 pesos.

Licor de manzana Bardinet

Licor de manzana verde elaborado en Francia con jugos naturales. Tiene sabor exótico y dulce, es muy aromático con notas cítricas como manzana verde, lima y maracuyá y un toque de miel. Al paladar es dulce, intenso, fresco y aterciopelado, llena la boca con su volumen y su firme acidez equilibra el dulzor. Además, tiene muy suave textura y buena persistencia y es un licor delicioso ideal para acompañar un apple crumble y para preparar cócteles refrescantes por su gusto sutil. Cuesta 225 pesos.

Ron Flor de caña

Ron premium elaborado artesanalmente a partir de la caña de azúcar que la empresa cultiva en instalaciones propias de Chichigalpa, Nicaragua y un añejamiento de siete años en pequeñas barricas de roble blanco con un proceso llamado Slow-Aged, en el cual los rones se añejan en forma lenta y natural. Estructurado, generoso, perfumado, tiene notas a cuero, canela y miel con un final de roble y un sabor cálido, voluminoso y especiado. Ideal para tomar solo por su alta calidad y la intensidad de su sabor. Cuesta 595 pesos.

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Fuente: Verónica Gurisatti - Conexión Brando.