San Huberto

HISTORIA

Recorrer la vida de un vino es recorrer la historia de sus fundadores. Es descubrir el sentido de su existencia. Es entrar en un mundo de trabajo, de personas, de esfuerzo, dedicación y aprendizaje. Y es en este mundo donde Bodegas San Huberto elige quedarse.

Mendoza, una de las regiones vitivinícolas tradicionales por excelencia de la Argentina y La Rioja, son los lugares elegidos por Bodegas San Huberto para dar sus primeros pasos y afianzarse en el mundo del vino.

En la "Tierra del Malbec", Luján de Cuyo, departamento de Vistalba, se instala adquiriendo la histórica bodega de la familia Pincolini. Esta región mendocina, reconocida por denominarse "primera zona" de los vinos argentinos, brinda el escenario perfecto para obtener etiquetas de primera calidad.

En La Rioja, adquiere la tradicional bodega de los Navarro ubicada en el Valle de Aminga y desarrolla su visión para los negocios, comenzando una etapa de transformación para este establecimiento.

China, más precisamente Huailai, es el tercer lugar para ubicarse en otras tierras. Esta bodega de importante arquitectura y ubicación estratégica por su clima, suelo y atracción turística, se encuentra al pie de la Gran Muralla en una zona de fluidas vías de comunicación con la ciudad de Pekín y abundantes recursos naturales.

La llegada del nuevo milenio, trae grandes cambios en Bodegas San Huberto. Se decide invertir en tecnología más sofisticada, contratar expertos enólogos, para obtener aún mejores resultados y orientar el perfil comercial de sus bodegas hacia la producción de vinos de alta gama para consumidores de Argentina y el mundo.

El escenario de un mercado en auge, genera en la empresa, la necesidad de buscar un diferencial de sus productos. Sabiamente elige darle protagonismo al terroir para abrirse paso entre los vinos de calidad, logrando así un gran reconocimiento en el mercado nacional e internacional, que se mantiene vigente hasta estos días.

La perfecta combinación entre la naturaleza y el trabajo cotidiano de sus expertos dan como resultado la excelencia de los vinos de Bodegas San Huberto. Los cuidados minuciosos en los viñedos reúnen la tarea artesanal y la más alta tecnología en una cultura de trabajo que prioriza, como desde hace más de 100 años, la calidad en todas sus formas.