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UN PUÑADO DE RARAS VARIEDADES TRAEN SABORES FRESCOS A LA GÓNDOLA DEL VINO

Un puñado de raras variedades traen sabores frescos a la góndola del vino
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5 minutos

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31/01/2014
La oferta varietal se expande lento pero seguro en nuestro mercado. Si estás cansado de probar los mismos vinos siempre, agendate este listado de rarezas y date un gusto.

Hace unos diez años que no se habla nada más que de Malbec. O esa al menos es la sensación que se tiene cuando se enfoca en términos gruesos. Porque el mercado del vino tiene un lado b en donde crecen, a la sombra de las grandes variedades, algunas uvas que dan que hablar entre los especialistas. Algunas incluso ya se ganaron su lugar: es el caso, por ejemplo, de Pinot Noir y Cabernet Franc, que cruzaron la línea del círculo especialista y ahora el gran consumo también se les anima.

Claro que no son las únicas. Hay otras -Albarinho, Petit Verdot, Corvina, Carménère, por ejemplo- que ofrecen poco volumen y tiene menor predicamento en la góndola, por lo que pasan casi desapercibidas. Cada una a su manera, sin embargo, abre el panorama de variedades y gustos para entregarle un plus al paladar. Si estás con ganas de probar vinos raros, anotate con algunas de las etiquetas y variedades que te paso a continuación.

Canarí: a la fecha hay una sola bodega que trabaja esta rara variedad proveniente de las Canarias. Se llama Avarizza (2012, $75) y el vino es un rosado bien aromático, levemente dulce y con un fino de gas carbónico -aguja se llama en términos técnicos- que camina diez puntos como aperitivo o con picadas.

Albarinho. Variedad oriunda de Portugal, especialmente plantada en el norte de ese país, en el límite con Galicia. Allá da blancos de aromas frutales y vegetales bien marcados, con el paso ligero y chispeante. Aquí hay dos ejemplares comercialmente disponibles. Uno, Innovación (2012, $44), by Santa Julia; el otro, quizás el más conocido, Las Perdices (2012, $90), que viene en una rara y linda botella. Cualquiera de ellos es una puerta de acceso a una nueva paleta de sabores, con un perfil sobre todo acuoso y tirante al paladar. Le gustará al amante del Sauvignon blanc.

Fiano: variedad de uva cultivada en el sur de italiana, donde da vinos de cuerpo y estructura. Aquí, los dos ejemplares que hay, aunque cueste conseguirlos, son Innovación by Santa Julia -las nuevas variedades son el leit motive de la marca- y Susana Balbo (2012, $70). Ambos son vinos amplios y directos, de rica frescura y buenos para comer.

Corvina. Esta variedad tinta del véneto fue importada y desarrollada en el mercado doméstico por Masi Tupungato, la bodega de capitales italianos especialista en esta uva. Como todas las tintas tanas, da un vino de expresivo aroma frutal, cuerpo delgado y taninos moderados. Masi Tupungato la incorporó a todos sus tintos, donde a tiro de bolsillo está Passo Doble (2012, $80), combinado con Malbec, ofrece un perfil delicado y envolvente. Caro, pero increíble, Masi Corbec (2010, 270), en donde la ligereza de la Corvina gana textura aterciopelada de la mano del Malbec.

Sangiovese. Cultivada desde hace poco más un siglo en nuestro país, los viñedos de esta variedad son en su mayoría antiguos y están en manos de casas tradicionales. En Toscana, Italia, de donde es originaria, da vinos fragantes, frutados y de cuerpo medio, aunque también se logran tintos impactantes conocidos como "supertoscanos". En nuestro mercado, los pocos Sangiovese puros se parecen más a los clásicos. Escorihuela (2011, $99) tiene un ejemplar típico. El otro es Benegas Estate (2010, $200). Aunque a mi en lo particular me gusta Cicchitti Sangiovese (2007, $s/d), que por ahí aparace cada tanto: una botella ancha y retacona, con un tinto delicadísimo dentro.

Touriga Nacional. Es la uva que se emplea en la región de Porto para darle el corazón a sus nombrados tintos fortificados. Fue importada a nuestro país por dos productores: por un lado, Familia Zuccardi -quien lo sacó como varietal en su momento- y Domaine Vistalba. Este último es quien más la desarrolló y, en 2012, lanzó un corte Fabre Montmayou Gran Reserva Touriga-Malbec, que no probé. Un año más tarde lo hacía Alta Vista para su línea Atemporal (2012, $150). El truco es que esta uva le adelgaza el paso al Malbec y le da brillo aromático. Este último, además, ofrece un perfil de tinto novedoso en el mercado, por su ligereza.

Carménère. Variedad de origen francés, cultivada en Bourdeos en otro tiempo, se perdió del viejo continente con la crisis de la filoxera a mediados del siglo XIX. Fue redescubierta en la década de 1990 en el viñedo chileno, país que decidió convertirla en cepa insignia. De este lado de la cordillera, sin embargo, hay tres casas que la trabajan. Y Viniterra es, por lejos, la especialista. Ya que lo tienen en tres de sus líneas de precio. Conviene probar Viniterra Carménère (2010, $90) para hacerse una idea: da vinos fragantes, con un trazo herbal, y sobre todo una boca carnosa y de acidez bien jugosa. Para los buscadores de rarezas, Aguma Carmenere (2011, $50) ofrece una buena relación calidad precio.

Petit Verdot. Es una variedad cultivada en el mundo como uva de corte, porque al mismo tiempo ofrece un perfil aromático muy vegetal y una boca delgada y tánica. De forma que una cantidad pequeña en un corte alcanza para darle carácter al vino. En nuestro mercado, siempre dado a las exageraciones, tiene fans absolutos. Ejemplares puros, que sirven para darse una idea del impacto y la singularidad de la variedad, son Decero (2011, $220) Trapiche Fond de Cave (2011, $99) y Don Juan Nahuel (2010, $172).


Fuente: Joaquín Hidalgo - Planeta Joy.

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