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TRABAJO Y VINO, UN BUEN MARIDAJE

Trabajo y vino, un buen maridaje
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11/08/2011
Desde comienzos de los 90, en nuestro país se adoptó la tendencia de realizar reuniones de negocios fuera de las oficinas. Con la ayuda de los avances tecnológicos, los ambientes con entornos rurales, como estancias, fueron los sitios predilectos. Hoy, la moda del vino hizo que muchos elijan los paisajes de las fincas y bodegas.

En los últimos años, el desarrollo tecnológico ha transformado por completo la forma de trabajar. Tal es así que el arquetipo del puesto de trabajo individual y sin conexión, que ahora resulta sumamente anticuado, fue reemplazado por el de un entorno laboral signado por el dinamismo y la conexión. Así, la telefonía móvil, las computadoras y otros medios de almacenamiento portátiles, junto a la Internet, fomentan nuevas formas de llevar a cabo las tareas que no deben ser realizadas exclusivamente en la oficina. Paralelamente, surge un nuevo modelo empresarial que privilegia las organizaciones por objetivos: ya no se trabaja de acuerdo a un horario, sino que el foco está puesto en la productividad obtenida. A partir de esta transformación, puntos de encuentro que hasta hace un tiempo eran inimaginables se convirtieron en espacios laborales alternativos y -sobre todo- motivadores, en los cuales las obligaciones se fusionan con el ocio y la dispersión.

Si hasta fines de la década del 90 las estancias de campo eran la alternativa más convincente, el surgimiento del enoturismo despertó el interés de las compañías que comenzaron a ver estos destinos como una posibilidad para llevar a cabo reuniones empresariales y recrearse con actividades entre viñas, montañas y barricas de roble. Y si bien aún no son tantas las bodegas que se sumaron a esta moda de recibir a los empresarios en cómodos espacios destinados a las reuniones, muchos de los establecimientos que cuentan con un área de turismo abren sus puertas para distintos tipos de encuentros corporativos. En estos espacios se pueden realizar desde simples meetings o rondas de negocios de pocas personas hasta eventos más concurridos, como presentaciones de productos, seminarios, congresos, asambleas gerenciales o viajes de incentivo y capacitación para empleados.

Entre las alternativas se pueden encontrar bodegas que modernizaron sus instalaciones (salas de degustación, livings y comedores) equipándolas con la última tecnología en sistemas de climatización, sonido, proyección, telefonía, datos y conectividad. También hay emprendimientos más nuevos, muchos de ellos con hospedaje, que subiéndose a esta tendencia inauguraron sus bodegas con una sala de reuniones corporativas desde el comienzo.

Mendoza, el epicentro de la actividad

La provincia con mayor número de bodegas involucradas en la promoción de las rutas del vino es Mendoza. Allí, cerca del centro urbano, en Godoy Cruz, la opción más interesante es el Centro de Visitantes de Navarro Correas. Situado a sólo 10 kilómetros de la capital mendocina, dentro del predio de 3,5 hectáreas de la bodega, este espacio de 800 m2 fusiona la modernidad y la calidez en un marco arquitectónico imponente. Es ideal para grandes convenciones de más de 150 personas. Maipú, en cambio, tiene cuatro posibilidades para tener en cuenta. Por un lado, Familia Zuccardi, que cuenta con más de un sector aprovisionado con proyectores y pantallas, conexión a Internet de banda ancha, teléfono y fax, entre otras facilidades. Ellos son: la Casa del Visitante, de 112 m2, con una capacidad para 80 personas; la Sala de Barricas, que se convierte en un auditorio de 206 m2 y tiene una capacidad para 200 personas; el Comedor Familiar para 20 personas, que se destaca por el cálido estilo de su decoración; la Sala de Altura para 16 personas, que se caracteriza por su privilegiada vista, y la Cava Subterránea, con su mesa de reuniones para 18 personas rodeada de los preciados vinos de guarda.

Otra opción a considerar es el Club Tapiz, miembro de New Age Town & Country Hotels. Se trata de una residencia de sólo siete habitaciones, rodeada por 10 hectáreas de viñedos que aún conserva elementos arquitectónicos de la época de su construcción (1890), como el patio y los pisos de madera de pino. En Terruño, su exclusivo restaurante, se pueden llevar a cabo jornadas laborales de no más de 20 personas. Se trata de un sitio reservado, tranquilo e ideal para pequeños grupos que necesitan pasar varios días trabajando juntos.

La tercera opción es Bodegas López y sus cuatro lugares privilegiados, equipados con todos los avances tecnológicos: el salón de eventos, un amplio y generoso espacio donde caben 400 personas sentadas; la sala entre toneles, ubicada en una nave de principios del siglo pasado y con una capacidad para 80 personas; la cava principal, para 45 personas, rodeada de vinos de guarda estibados en botellas; y la cava de la champañera, un sitio más íntimo con una capacidad para 15 personas.

Por último, la bodega Vistandes también cuenta con dos salones con terrazas exteriores con vista a los viñedos y al Cordón del Plata: el principal, de 360 m2, ubicado en la planta baja de la edificación; y la sala de degustación, en la planta alta, de 200 m2 a modo de loft.

Siempre cerca de la ciudad, en Luján de Cuyo existen cinco establecimientos que se destacan sobre los otros de la zona por los beneficios que ofrecen para trabajar entre viñedos: el lujoso Club de la bodega Vistalba, con sus dos espacios para 20 personas y la ventaja de tener a pocos metros el restaurante La Bourgogne; la bodega Séptima, con un salón para un máximo de 15 personas que cuenta con una pequeña cocina para los servicios de coffee-break; los programas de Lagarde para realizar actividades de team building, almuerzos o cenas temáticas en la bodega o en la finca; y la sala de usos múltiples de Alta Vista con capacidad para 50 personas en caso de uso para conferencias, para 30 si se emplea como aula escuela y para 20 si se disponen mesas de trabajo; por último, Finca Decero también dispone de diferentes opciones para los eventos, ya sea dentro de los salones o en los jardines y galerías.

El Valle de Uco también tiene tres exponentes atractivos: las bodegas Salentein, O. Fournier y Finca La Celia. En la primera, dentro del Espacio Salentein, ubicado al pie de los Andes en medio de un valle, están el salón Pircas, que tiene una capacidad para 110 personas sentadas y 180 personas en aula; y, lo que constituye la gran diferencia con el resto, el moderno microcine de 50 butacas del Complejo Killka, que tiene la más alta tecnología en imagen y sonido. A pocos kilómetros de allí, en la Posada Salentein también hay una sala privada para 15 personas con una maravillosa vista a los jardines y viñedos, en medio del silencio y la tranquilidad. Sin dudas, es la alternativa ideal para reuniones de más de un día, en un sitio que permite combinar alojamiento, trabajo y relax. En el caso del Centro de Visitantes de O. Fournier, la oferta contempla tres salas para actividades corporativas que fueron ideadas para satisfacer esa demanda desde el primer ladrillo. Con amplios ventanales y una vista a los picos nevados de los Andes, dos de ellas están ubicadas en el mismo edificio que Urban, el restaurante. La posada de Finca La Celia también tiene una propuesta para eventos de carácter corporativo, más exclusiva e íntima que las demás: pocas habitaciones, un comedor preparado con el mobiliario acorde y todas las prestaciones tecnológicas.

Sin salir de esta provincia, en San Rafael existe otro destino imperdible, Algodón Wine Estates. Además del Lodge, el restaurante y el salón para 200 personas ubicado a 70 metros de la bodega, el establecimiento cuenta con una cancha de golf, escenario predilecto de los ejecutivos para relajarse y hacer negocios.

Hacia el norte y hacia el sur

En la provincia de Salta, dos alojamientos de lujo emparentados con bodegas son los que ofrecen mejores servicios para empresas. Por un lado, el hotel boutique Estancia Colomé, ubicado en Molinos, que no sólo ofrece un alto nivel de confort, servicios personalizados y un gran abanico de actividades para desarrollar al aire libre, sino también dos salas (una especial y otra de conferencias) para 12 y 20 personas, respectivamente. Por el otro, Patios de Cafayate Hotel & Spa, que está ubicado en las afueras de la ciudad de Cafayate y forma parte de la edificación de Bodega El Esteco. Esta antigua casona colonial cuenta con un comedor privado para 12 personas y un pequeño salón de 65 m2 para reuniones exclusivas. Mucho más al sur en el mapa, en la provincia de Neuquén, más precisamente en la región de San Patricio del Chañar, tres bodegas despliegan sus servicios para trabajar como en la oficina: Familia Schroeder, con su sala de conferencias elegida por grandes empresas; NQN, con su quincho para 25 personas ubicado en el corazón del viñedo y su comedor Malma Resto Bar, donde 100 personas pueden moverse cómodas; y finalmente, Valle Perdido Wine Resort y sus tres lujosas salas de eventos para 120, 40 y 15 personas aproximadamente, que cuentan con la más alta tecnología y están respaldadas por el restaurante, el Wine Bar, el Cigar Room y un equipadísimo Business Center. Así, tanto en el centro del país como en el norte y en el sur, muchas de las mejores bodegas de la Argentina presentan alternativas más que interesantes para pasar un día de trabajo muy lejos de ser rutinario.


Fuente: Infobae.


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