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ESOS “RAROS VINOS NUEVOS”: LAS CEPAS NO TRADICIONALES DESPEGAN EN LA ARGENTINA

Esos “raros vinos nuevos”: las cepas no tradicionales despegan en la Argentina
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12 minutos

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27/09/2016
En la Argentina no todo es Malbec. Las bodegas que vienen trabajando con variedades poco o nada conocidas son protagonistas de esta tendencia

Hasta hace unos años, muy pocas bodegas se atrevían a lanzar vinos realmente diferentes y por fuera de la masividad del Malbec.

Lo interesante es que en este último tiempo ha surgido un amplio abanico de establecimientos que, a partir de cepas nada tradicionales para la industria vitivinícola local, están sorprendiendo con vinos de alta calidad enológica y con mucho potencial de crecimiento.

Lo positivo de esta tendencia es que, si bien en general estas etiquetas elaboradas con cepas poco conocidas están destinadas a un nicho, los consumidores están cada vez más inquietos y necesitados de novedades.

Zuccardi, pioneros

Sin dudas, una de las bodegas en la Argentina que más foco ha puesto en los últimos años en investigación de variedades no tradicionales es Familia Zuccardi.

En diálogo con Vinos & Bodegas iProfesional, Laura Principiano, enóloga de este establecimiento, aseguró que “somos pioneros en la introducción de cepas como Tempranillo, Bonarda, Viognier, Caladoc, Ancellotta y Marselán. Actualmente, somos los únicos en contar con una bodega experimental en la que se desarrollan 35 nuevas variedades de vinos. Con ese objetivo, más de 30 hectáreas de nuestras fincas están plantadas con variedades experimentales”.

Mucho de ese trabajo de investigación luego se plasma en la línea Textual que, según explicó Sebastián Alén Guichón, jefe de Comunicación de Familia Zuccardi, “fue presentada en el año 2005, con el objetivo de mostrar variedades no tradicionales en la Argentina”.

En la actualidad, la bodega ofrece Textual Caladoc 2014 ($190)

Vino sugerente, complejo, pero sin abrumar. Por el contrario, es sutil y exige atención. Se percibe fruta roja madura, una pincelada de especias y suaves trazos balsámicos. Todo equilibrado para un vino sin urgencias. En boca exhibe un largo recorrido y buena amplitud. Su andar es ligero, pero tiene sustancia. Su acidez está presente pero sin llegar a ser demasiado estridente. Como punto de referencia, no llega a tener la sucrosidad de esos Malbec bien golosos pero tampoco ese andar lábil de los Bonarda. Se mueve en un punto intermedio y conformará a muchos paladares que busquen un vino sutil pero con presencia.

Sobre las particularidades de esta uva, Principiano destacó que se trata de una variedad que nació en Francia, como resultado del cruzamiento genético entre Malbec y Grenache. “La implantamos en el año 2000, inicialmente en nuestra Finca Santa Rosa, al este de Mendoza. Hace unos ocho años comenzamos un proceso de prueba para verificar la adaptación de la variedad en el Valle de Uco. Comprobamos que la misma era muy buena, y decidimos trasladarla a la zona. Actualmente toda la producción de Caladoc en Bodega Zuccardi proviene de nuestra Finca Piedra Infinita en Altamira, donde ocupa una superficie de 8 hectáreas”, explicó.

Un detalle es que este Caladoc también forma parte del corte de Tito Zuccardi, vino creado por Sebastián Zuccardi en honor a su abuelo y fundador de la bodega familiar. Respecto de las dificultades que implica comercializar un vino elaborado en un 100% con una cepa no tradicional, Alén Guichón afirmó que “hoy es mucho menos difícil que hace 10 o 15 años atrás, cuando nosotros empezamos a hacerlo”.

“Fue un proceso que llevó tiempo, y en el que hay productos que resultan más exitosos que otros, pero lo importante es poder brindarle al consumidor nuevas alternativas y trabajar en su educación. Hoy ya es muy habitual que el consumidor local se anime a probar nuevas variedades o nuevos estilos”, concluyó.

Casavecchia: rara, diferente y muy escasa

Si un consumidor está en la búsqueda de una cepa realmente rara para el mercado argentino, entonces encontrará una alternativa excepcionalmente extraña en Doña Paula, que elabora un corte que conjuga Malbec, Cabernet Franc y… Casavecchia.

“De acuerdo a lo que sabemos, esta variedad fue encontrada en una pérgola en el jardín de una casona en la zona de la Campania en Italia. La misma estaba plantada a pie franco y se cree que se trataba de un viñedo prefiloxérico, es decir que las plantas cuentan con más de 150 años. A partir del descubrimiento de la originalidad de esta variedad se inició el proceso de registro que culminó en el año 2002. Su difusión actual está muy restringida a Pontelatone, Caserta, Italia”, explicó con precisión Martín Kaiser, ingeniero Agrónomo de Doña Paula.

En la actualidad cuentan con media hectárea en uno de sus viñedos de Gualtallary. Al ser una variedad de ciclo largo, los técnicos temían que no se adaptara a esta región fría de Mendoza.

“Sin embargo, con paciencia a la hora de esperar la cosecha, hemos obtenido excelentes resultados”, indicó Kaiser. Sobre las particularidades de la cepa, el ingeniero agrónomo detalló que “tiene aromas diferentes que van desde notas herbáceas, cuando la uva no está aún madura, a la frutilla y la mora, muy marcados en el momento de la cosecha. Los vinos son de color intenso y cuando son jóvenes tienen un perfil cítrico desconocido en otros varietales tintos. En boca tiene un gran cuerpo y taninos muy presentes y algo secantes, comparables a un Tannat o un Petit Verdot, debido a lo cual es una variedad mejor adaptada a los cortes que a ser usada como varietal”.

Doña Paula 1350 2013 ($320) es un blend de alto vuelo, que conjuga Cabernet Franc en un 50%, Malbec 45% y una dosis de 5% de Casavecchia. El resultado es un tinto que frece fruta roja madura, un muy suave especiado y tenues notas herbáceas. En boca es un vino jugoso, de textura sucrosa, con un recorrido largo que está apoyado en una acidez refrescante. Sus taninos son firmes, pero están muy bien trabajados y vienen evolucionando de manera armoniosa en botella.

Ancellotta: del norte de Italia a la Argentina

La Ancellotta es una cepa que es comercializada por Familia Zuccardi en su línea textual.

Pero hace pocas semanas se sumó un nuevo jugador: Viña Las Perdices, que acaba de presentar un Ancelllotta 100%.

Según explicaron desde la bodega comandada por Juan Carlos Muñoz, se trata de una cepa aprobada por el Instituto Nacional de Vitivinicultura Argentina (INV) para la elaboración de vinos de calidad. Es originaria de la región Emilia-Romagna, en el norte de Italia, donde se cultiva para la elaboración de blends. Más precisamente, se la utiliza en cortes de hasta 15% con Sangiovese o Lambrusco, por su color profundo y se obtiene un vino denominado Rossisimo.

“Tanto como varietal o en vinos de corte, la Ancellotta es una cepa que reúne las características para seducir el paladar argentino”, aseguró Muñoz.

“A pesar de que es una variedad poco difundida, decidimos plantar Ancellotta cuando nos dimos cuenta que posee excelentes características enológicas que además se llevarían muy bien con las particularidades de nuestros terruños. Implantamos el primer cuartel, de 1,2 hectáreas, en 2008. Los años siguientes estuvimos evaluando el potencial de nuestro varietal en bodega antes de sacarlo al mercado. Hoy ya tenemos seis hectáreas”, explicó el enólogo.

En Viña Las Perdices decidieron apostar por una cepa poco común por lo interesante que resulta desde el punto de vista enológico: esta uva posee una gran concentración polifenólica (es decir que posee gran cantidad de taninos y antocianos), lo que la hace ideal para la crianza en madera por períodos medios o largos. Esto da como resultado vinos voluminosos y muy interesantes, tanto como varietal o en blend.

La bodega acaba de presentar la primera añada de 8.000 botellas de Ala Colorada Ancelotta 2013 ($300).

Se trata de un vino con una aromática profunda y elegante. Dominada por las especias dulces, fruta roja bastante madura, un dejo ahumado y rastros de tabaco. Al paladar es un vino de ataque seco pero con cierto graso, de muy rica textura. Sus taninos están bien perfilados y su avance muestra una jugosidad que gana impacto hacia el final de su recorrido. Fruta roja y especias de repostería cierran la aromática larga e intensa.

Muñoz explicó a Vinos & Bodegas iProfesional que lanzar un vino de estas características “es todo un desafío. Mucha gente no se anima a consumir un varietal que no conoce. Pero nos parece necesario innovar para evolucionar como bodega y ofrecer nuevas propuestas enológicas. Nos parece importante también hacer vinos de nicho para quienes buscan algo distinto”.

Lo interesante es que para la cosecha 2014 apostaron por un crecimiento considerable: elaboraron 15.000 botellas.

Canarí: a la que confundían con Pinot Gris

Si un consumidor piensa en un rosado diferente, seguro su cabeza lo lleve de manera automática al Canarí que elabora la bodega Avarizza a partir de unas cuatro hectáreas de viñedos plantados en el año 1940.

Según detalló la enóloga Agostina Astegiano, impulsora del proyecto junto a su colega Fabricio Hernández, esta variedad tinta proviene del sudoeste de Francia, de la Guyenne. “Es una variedad muy aromática, de buena concentración tánica. Es una variedad muy particular con numerosos caracteres que permiten su reconocimiento inmediato”, indicó. En los censos de los años 70-80, al ser una variedad ampelograficamente similar en cuanto a la forma del racimo al Pinot Gris, el presidente del INV de ese entonces, permitía la certificación de Canarí como Pinot Gris, pese a alumbrar vinos completamente distintos.

En el censo del año 1991 se computaron 120 hectáreas de Canarí. Según los últimos datos disponibles, en la actualidad habría cerca de 70 hectáreas.

“Cuando comenzamos con el emprendimiento, en el año 2008, quisimos hacer nuestro vino propio. Fabricio hacía poco que trabajaba en los viñedos de su familia y me comentó sobre esta variedad que tenían. Nos propusimos hacer algo distinto y desafiarnos al 100%”, explicó Astegiano. “Decidimos elaborar esta cepa como un vino rosado y no tinto porque cuando empezamos a investigar sobre la variedad, colegas con más experiencia nos contaron que se solía vinificar mucho en los `90, en el sur de Mendoza. Y que tenía un perfil mucho más aromático que tánico”, agregó.

Avarizza Canari 2015 ($160) es un rosado complejo y realmente diferente. En un principio se siente una nítida y marcada fruta roja, entre fresca y madura. Luego surgen las notas florales y, muy de fondo, aparece un aroma que se asemeja al momento en que se abre un frasco en el que quedan unos pocos granos de pimienta rosa. En boca es jugoso, de buena sucrosidad, con un paso algo dulzón y persistente. La acidez lo equilibra. Respecto de la aventura que implicó ofrecer un vino de una variedad desconocida para gran parte de los consumidores, la enóloga detalló que “al principio fue muy complicado porque la gente no se animaba a probar. Pero enseñamos y comunicamos las particularidades de esta cepa y con el tiempo logramos nuestro objetivo”.

No es para menos: empezaron elaborando menos de 2.000 botellas y ahora están produciendo cerca de 15.000 por añada. Se lo puede conseguir en más de una veintena de vinotecas de Buenos Aires. Si andás por Palermo está en Lo de Joaquín Alberdi o Malambo.

La hora de la Garnacha

Si bien es una de las variedades tintas más plantadas del mundo, en la Argentina siempre fue una cepa bien de nicho.

Lo interesante es que en los últimos meses, nuevos jugadores han ido incursionando en la elaboración de vinos a partir de esta uva, como es el caso de Ver Sacrum. Alejandro Sejanovich, es uno de los enólogos que también la está explorando y promete presentar algo en el corto plazo.

La Garnacha, como se la conoce en España, suele alumbrar vinos secos con una ligera estructura tánica. Todavía se defiende la teoría de que surgió en Aragón, si bien han surgido evidencias a partir de investigaciones de que en realidad podría ser originaria de la zona de Cerdeña, en Italia.

Roberto Sánchez Salomón, uno de los nuevos propietarios de Bodega Rewen, explicó que “en los últimos años se difundió mucho en California y Australia, mientras que en la Argentina hay muy pocos productores de esta variedad y es muy poco conocida”.

“Es una variedad que se utiliza principalmente en cortes. Es una cepa de fácil oxidación y produce vinos no muy tánicos (con escasez de taninos) de aromas frutados y redondos”, agregó.

Según Salomón, esta cepa suele ir acompañada de otras variedades. “Se complementa muy bien con el Syrah y el Malbec, que es el corte que tenemos. Lo que buscamos fue diferenciarnos de los blends tradicionales, tratando de potenciar las características más destacadas de cada una de ellas”.

Rewen GSM 2014 ($490) es un tinto que conjuga 40% de Garnacha y se complementa con Syrah y Malbec.

En nariz ofrece aromas profundos, intensos, que suman fruta roja confitada, dejos a ciruelas e higos secos, pátina especiada y un intenso aroma balsámico, que recuerda al laurel. De lejos, aparece algo cárnico y sutiles tostados. En el paladar muestra una compleja paleta que suma capas de aromas a frutas rojas tipo mermelada, regaliz y algo de café espresso. Es un vino con muy buena estructura, robusto, de paladar pleno, taninos firmes y de pulso dulzón, pero con un concepto actualizado: una frescura que lleva al vino a otro nivel.

Fuente: Juan Diego Wasilevsky - iProfesional

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